Con este concepto, el Instituto de Investigación y Desarrollo para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF) realiza propuestas tecnológicas que tienden a la conservación.
El suelo es uno de los recursos más valiosos para garantizar la seguridad alimentaria y para la generación de ingresos sostenidos en el país. Este aporte depende del correcto balance entre los factores de degradación –agriculturización, explotación de bosques, cría de ganado– y de reposición –ciclos biogeoquímicos de los elementos, formación de humus, diversidad biológica–.
“Con este concepto, el Instituto de Investigación y Desarrollo parala Pequeña AgriculturaFamiliar (IPAF) realiza propuestas tecnológicas que tienden a preservar esta naturaleza y respetar su equilibrio”, explicó Laura de Luca –técnica en suelos del IPAF Pampeano–.
De Luca explica que “el concepto dominante sobre el suelo es de naturaleza utilitaria ya que lo considera como un mero soporte para la producción agropecuaria. Esta concepción no refleja lo intrincado de su funcionamiento ni el delicado equilibrio para lograr un manejo sustentable ya que básicamente hace hincapié en aspectos físicos y químicos, dejando de lado los biológicos”.
Por esto, para la agricultura familiar las propuestas productivas a base de insumos no resultan practicables: “Los desarrollos tecnológicos –destaca la técnica de suelos– deben ser realizados desde la agricultura de procesos y es aquí donde la comprensión de los mecanismos que hacen al equilibrio y funcionamiento de suelo resultan fundamentales”.
Esta mirada –contó Laura de Luca– de la agricultura familiar toma al saber popular que entiende al suelo como un organismo vivo y lo definen mediante como “suelo saludable” o “suelo equilibrado” que como todo organismo vivo necesita estar equilibrado para sobreponerse a sus “enfermedades”.
Pregonar con el ejemplo
Así, las experiencias del IPAF Pampeano se desarrollan dentro de la investigación acción participativa junto a los productores viveristas de la costa –sustratos para viveros y control de hongos de suelo con Equisetum sp.–, productores hortícolas de Arana –biofumigación–, asociación de productores familiares de Varela (APFV) con utilización de las malezas como aliadas de la producción y la cooperativa unión de trabajo solidario de Avellaneda (UST) con quienes trabajan en planteo agroecológico de la unidad productiva.
Además, realizan investigaciones con la asociación “El puente verde” de Esteban Echeverría, en sustratos caseros para plantines florales de estación, con la cooperativa productores de Hudson –biofumigación–, con productores no asociados de Hudson –Biofumigación–, con los productores pertenecientes al “Banco Social” y con arroz agroecológico del norte de Santa Fe.
Fuente: http://intainforma.inta.gov.ar/
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