Pino Puente: cuna de ilustres veterinarios

El profesor de la Facultad de Farmacia de Granada, José Antonio García López acaba de finalizar su investigación sobre un notable movimiento veterinario acaecido en Pinos Puente en la segunda mitad del siglo XIX.

En el año 2006 comenzó a investigar el hecho curioso y inusual de que en aquellos difíciles tiempos de la segunda mitad del siglo XIX, cinco jóvenes de Pinos Puente estudiasen veterinaria, y despuntaran a nivel nacional llegando a ser ilustres académicos, en algunos casos, y afamados veterinarios, en otros. El título del libro es 'Pinos Puente, cuna de ilustres veterinarios', y está prologado por Librado Carrasco Otero, decano de la Facultad de Veterinaria de Córdoba.José Antonio García López señala que, en la época citada, Pinos Puente inicia una etapa de desarrollo económico sin precedentes, gracias a la revolución del cultivo del lino y del cáñamo, convirtiéndose en un pueblo habitado sobre todo por jornaleros y pequeños labradores, frente a un reducido grupo de grandes propietarios que eran dueños del 92% de la superficie entonces productiva. En medio de esta situación ocurre un hecho sorprendente: Cuatro jóvenes, con vistas más altas que el mero localismo, deciden cursar una carrera universitaria y además ésta es la de Veterinaria: don Antonio Moreno Ruiz (1860-1925), don Manuel García Girela (1862-1952), don Antonio Martínez Delgado (1868-1924) y don Ildefonso García Cid (1875-1958). Todos ellos de origen muy humilde; el primero era jornalero y el último, hijo de un herrador.

La explicación a esta decisión, según García López, se debe a la influencia que sobre ellos ejerciera Antonio Ruiz Fernández (1833-1905) que años antes había roto esquemas, una figura estelar de la veterinaria española y la más importante de la historia moderna de Pinos Puente. Su inteligencia y sabiduría la puso al servicio de los demás y muy particularmente al servicio de los humildes y de sus paisanos. Antonio Ruiz no se olvida de su pueblo y se preocupa por los jóvenes de Pinos, y en cuanto detecta a alguno con posibilidades, lo orienta, estimula y protege para que abandone las tareas agrícolas y ganaderas propias del medio, y curse una carrera universitaria.

Antonio Ruiz muy joven se marcha a Madrid donde cursa la carrera de veterinaria con manifiesta brillantez, obteniendo sobresaliente en todas las materias y titulándose como veterinario de Primera en 1858. Fue catedrático supernumerario y secretario de la Escuela de Madrid. Obtuvo la cátedra numeraria de Agricultura y Zootecnia en la Escuela Subalterna de Córdoba. Estudió Medicina y en 1886 fue nombrado Director de la Escuela de Veterinaria de Córdoba, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en 1905.

Durante sus cuarenta y cinco años de actividad incesante, su impronta es indeleble en la configuración futura de la joven Escuela de Veterinaria de Córdoba. Cuidadoso, ordenado, perseverante, bonachón, coleccionista riguroso, destaca rápidamente como profesor digno, lleno de celo y conocimientos. Estructura y mejora los medios que dispone la Escuela, incluso a costa suya, y emite apreciados dictámenes sobre problemas de mataderos y otros de salud pública solicitados por autoridades municipales, provinciales y nacionales. Fue un progresista científico, uniéndose de inmediato a las modernas doctrinas de Pasteur. Defendió la exigencia del Bachillerato para poder acceder a los estudios de Veterinaria. Fue socio de número de la Academia Central de Veterinaria y de la prestigiosa Academia de Ciencias y Literatura del Liceo Artístico y Literario de Granada; nombrado vocal de la Junta Central de la Liga Nacional de los Veterinarios Españoles, primer presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba, Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica y de la Orden Civil de Alfonso XII.

De todos sus discípulos de Pinos Puente, según García López, es, sin duda, su sobrino, Antonio Moreno el que destaca sobremanera. Fue el primer alumno de la Escuela de Veterinaria de Córdoba que alcanza la cátedra en su propia Escuela. Se tituló de profesor veterinario en 1887. Obtuvo la cátedra de Patología General y especial, Clínica Médica, Farmacología, Arte de recetar, Terapéutica y Medicina legal, que era clave en el ejercicio profesional de la época y la que, sin duda, prestigiaba en la mayor medida.

Su actividad es principalmente científica y docente. Creó las llamadas 'excursiones científicas'. Antonio Moreno representa la honradez, la sencillez, el esfuerzo, la dedicación y la constancia. Como especialista insigne es continuamente requerido en tratamientos, jurados, comisiones, tribunales, informes, etc., recibiendo incluso el agradecimiento del Ministerio de Guerra, en nombre del Rey. Publicó destacados artículos en revistas científicas y fundó el 'Boletín del Laboratorio Microbiológico de Córdoba'. Fue socio cooperador del Liceo Artístico y Literario y Académico de número de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

Potenció el asociacionismo profesional, creando y siendo el primer secretario del Colegio de Veterinarios de Córdoba. Presidió la Asamblea Constitutiva del Colegio de Veterinarios de Granada y fue nombrado presidente de honor de la mayoría de los colegios de veterinarios de Andalucía. Fue uno de los veterinarios vanguardistas de la Microbiología, y fue el primero en España que demostró la presencia del meningococo en el cerebro de potras de la Remonta de Córdoba fallecidas de meningitis.

Según García López, el resto de los discípulos de Antonio Ruiz, Manuel García Girela, Antonio Martínez Delgado e Ildefonso García Cid, ejercieron la Veterinaria en Montefrío, Peñarroya y Pinos Puente, respectivamente, destacando todos por su humildad y sabiduría, siendo aún recordados por los más viejos del lugar.

FOTO: Historiador José Antonio García López.

Fuente: http://www.ideal.es/granada/v/20120618/cultura/investigador-demuestra-pinos-puente-20120618.html



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