Artículos y Notas

Cuando converso con veterinarios, una queja que escucho muy frecuentemente es: “la gente no quiere hacer un hemograma, la gente no quiere hacer una placa, la gente no quiere pagar”. AUTORA: María Verónica Campos Vaca. Mariaveronica28@hotmail.com

Me pregunto, ¿es realmente la gente la que no quiere pagar? O ¿es el veterinario, que no pide los estudios, o no los solicita de forma que el propietario crea que es una necesidad para saber qué tiene el paciente? Sobre todo porque es costumbre que aun sin dicho estudio, muchos veterinarios sigan realizando tratamientos, que muchas veces sin un diagnóstico, resulta infructuoso, frustrando al propietario, que en una gran cantidad de casos, terminan yéndose a otro veterinario con su paciente.

Obviamente, si este segundo profesional, pide estudios y llega a un diagnóstico, hace un mejor tratamiento, si es posible, y el que termina quedando mal es el primer veterinario, que no solicitó adecuadamente, o simplemente ni mencionó la posibilidad de hacer tal o cual cosa, pensando en que el propietario “no quiere gastar”… ¡Qué errado el concepto!, dado que por no pedir, intentando cuidar más el bolsillo ajeno, que el propio, ha perdido un cliente, y además muchas veces queda ante muchos propietarios como un mal desempeño de la profesión. Hace mucho tiempo, cuando comencé a ejercer me pasaba igual. He recibido comentarios de clientes por ejemplo que me decían, como el Dr. Fulanito no necesita estudios para saber qué tiene mi perro… lo cual me resultaba muy frustrante dado que, hay cosas que no tenemos manera, ni obligación de saber  sin un estudio complementario que nos aclare el panorama.

Por suerte, no me amilané, seguí solicitando estudios, y algo que noté con el correr del tiempo, es que la forma en la que uno solicita los estudios es determinante frente a un cliente. Esto es, no es lo mismo para el cliente que uno diga “deberíamos hacerle una radiografía”, a decirle “tenemos que hacerle una radiografía” y directamente sin preguntar si puede o no, hacerle el pedido de placa de donde creamos necesario en ese momento, y darle por supuesto, alguna sugerencia de un colega de confianza que realice estos estudios. Y para reafirmar este concepto, una colega y amiga me cuenta que ella había solicitado una ecografía para un paciente en reiteradas oportunidades, y el dueño jamás la hizo.

Ella sin embargo, anotó cada solicitud en la ficha clínica de su paciente. En un momento dado, se le complicó la patología, y terminó muriéndose el paciente. Un par de días más tarde el propietario muy ofuscado, le reclamó al dueño de la veterinaria donde trabajaba, que la doctora, le tendría que “haber exigido” que le haga la ecografía… Esto es un claro ejemplo de lo que vengo desarrollando.

Creo que como médicos que somos, deberíamos solicitar lo que es necesario para diagnosticar, independientemente de la situación económica del cliente, sobre todo porque muchos de los que no hacen estudios complementarios en una primera consulta, si aceptan hacerlos en una segunda oportunidad… en mi caso, en un caso de negativa por parte del cliente, me niego además a continuar con un tratamiento digamos “paliativo”, que a lo mejor alivia un síntoma, pero no sabemos que tiene nuestro paciente… sobre todo porque a la hora de impartir culpas, los clientes no son muy afectos a asumir sus culpas, y tienden a aliviar la conciencia, diciendo que el “veterinario nunca les pidió”…  Por lo menos, a mi me funciona…