Indagan una cura que permita proteger a la salmonicultura nacional de la bacteria ‘Piscirickettsia Salmonis’, utilizando plantas silvestres del desierto de Atacama.
USACH/DICYT El desarrollo de la acuicultura en Chile ha tendido al crecimiento en las últimas décadas, ubicando al país en el primer lugar de los productores de América, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). A esta cifra, se suma que el 76 por ciento de los cultivos nacionales de peces corresponden a salmón, según el Servicio Nacional de Pesca. Por esto, las infecciones que afectan a la salmonicultura nacional, pueden ser un grave problema para el país.
“A nivel mundial somos el segundo país en importancia, después de Noruega, en cuanto a salmonicultura. De tal manera que todo lo que tiene que ver con enfermedades infecciosas, se vuelve relevante, aún más, cuando se trata de la Piscirickettsia salmonis, que es una bacteria que ha provocado la muerte de alrededor del 50 por ciento de la población de salmones nacionales”, dañando a una industria que genera más de 60 mil empleos en el zona sur, destaca la Dra. Brenda Modak.
Con el fin de encontrar soluciones efectivas a este problema, la Dra. Modak, junto a un equipo multidisciplinario de la Facultad de Química y Biología de la Universidad, desarrolla el proyecto Fondecyt Regular “Evaluación de productos naturales con potencial actividad antibacteriana contra P. Salmonis”.
“Tratamos de probar la actividad de productos naturales, aislados desde plantas, contra esta bacteria (P. Salmonis), la que ha sido difícil de atacar con antibióticos sintéticos de uso común. No obstante, nuestros compuestos han dado buenos resultados como antivirales e inmunoestimulantes para salmones; por lo que surgió la idea de probarlos en salmones ya infectados”, indica la académica.
Para desarrollar la cura, los investigadores trabajarán con plantas que crecen de manera silvestre en el desierto de Atacama, las que debido al adverso ambiente en el que están inmersas, producen una resina que las envuelve.
“Extraeremos la resina de la planta y después separaremos sus distintos componentes. Hemos visto que la resina está formada por dos grandes grupos de compuestos, de donde tomaremos algunos ejemplos y los probaremos contra la bacteria”, adelanta la especialista de la U. de Santiago.
En esta investigación participan tres laboratorios del Plantel: química de productos naturales, inmunología y virología. Primero, se iniciará el estudio de la resina extraída hasta obtener los compuestos puros y luego se producirá el crecimiento celular de la bacteria. Posteriormente, se realizará el trabajo in vitro, observando cómo la bacteria es afectada por los compuestos, para finalizar con el trabajo in vivo, infectando salmones para luego aplicarles una inyección con el producto elaborado.
“Los productos sintéticos han acarreado problemas donde se han utilizado, acumulándose en el fondo del mar luego de ser aplicados. Por eso, nosotros hablamos de un desafío sanitario de la acuicultura nacional, ya que al trabajar con un compuesto natural no tan sólo obtendremos una cura menos invasiva, sino que también habrá menos contaminación de las aguas donde se utilice”, destaca la Dra. Modak.
Fuente: http://www.dicyt.com
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