El sol sale para todos; habrá que aprender a convivir

Analizamos junto al presidente del Consejo profesional de Corrientes el crecimiento de la ganadería local y su relación con la mayor inserción de veterinarios y distribuidoras en el negocio. ¿Qué pasa con la leishmaniasis?

Por Luciano Aba.

Fuente: www.motivar.com.ar 1 Junio, 2011.

Con más de cinco millones de bovinos, Corrientes es uno de los mayores polos de la actividad ganadera nacional. A consecuencia de ello, en los últimos tiempos surgieron oportunidades tanto para los veterinarios, como para las distribuidoras que comercializan insumos.
Así mismo, y tal como nos comentara el presidente del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de la provincia, Dr. Esteban Gapel, “a nivel local no existe ningún indicador que no se haya visto favorecido por el crecimiento económico de la actividad”. Esto, sin dudas llevará a que los profesionales sigan capacitándose, no sólo en temas ligados a la ganadería, sino también en otro tipo de problemáticas, como puede ser la leishmaniasis en caninos.

Gapel. “La capacitación será clave”.

MOTIVAR: ¿Cuál es la situación en cuanto a esta problemática?
Esteban Gapel: La prevalencia de la enfermedad, en comparación con el año 2010, es sensiblemente mayor. Por ejemplo, en el Departamento Capital este año se han detectado 39 canes positivos, distribuidos en cuatro barrios de la Ciudad, que ni siquiera son colindantes como para pensar en una dispersión geográfica. En pocos meses, la prevalencia ya es un 20% superior a la del año pasado.
Se conformó un Comité de Crisis, convocado por el Ministerio de Salud de la Provincia, del cual nuestro Consejo profesional forma parte, con el objetivo de abordar el tema en forma orgánica para poder transmitir un mensaje único a la comunidad. La dispersión de esta enfermedad hace que se enciendan alarmas en la gente, cuando en realidad muchas veces la cuestión no lo ameritaría. Queda claro que la situación es más dificultosa que en el pasado y es por ello que debemos manejarnos con estadísticas reales. Lamentablemente, estamos esperando la aparición de casos en humanos para los próximos meses.

¿Se habla de eutanasia?
Hay distintos enfoques. Existen mascotas cuyos casos particulares requieren de la eutanasia, luego de acordada ésta con el propietario y siguiendo un protocolo ya estipulado con los profesionales. Por otra parte, los animales con serología positiva pero con un mejor estado y expectativas, reciben diversos tratamientos médicos, con los cuales se han obtenido distintos tipos de resultados. Los veterinarios privados juegan un rol central en la prevención de la enfermedad, atendiendo pacientes y educando a los propietarios. Se incrementó también, el uso de los collares repelentes.

¿Cómo anda la ganadería local?
Ya no hay dudas respecto de que el fenómeno de la “sojización” que llevó al desplazamiento del área tradicional de cría e invernada, ha hecho que la actividad ganadera se consolide en las provincias del Norte argentino. Y Corrientes no es ajena a esta situación, manifestándose un fenómeno de mejora técnica palpable fundamentalmente en los rodeos de cría.
Se han instalado centros de inseminación artificial y sigue avanzando el concepto y la aplicación de la ginecología aplicada (transferencia de embriones e inseminación artificial). Si bien los que ofrecen estos servicios aún no han logrado cubrir todo su potencial de desarrollo, está claro que lo harán en el corto plazo. Los cambios son reales y se perciben no sólo en la demanda técnica, sino también en el apoyo estatal al aumento de la productividad.

¿Lograron avanzar en los índices?
A nivel general, si. Aún seguimos conviviendo con dos extremos: el de la producción primaria -con baja asistencia técnica-, que trabaja con niveles de destete cercanos al 45 o 50%; y los campos que lo hacen con asesoramiento profesional, cuyos porcentajes oscilan entre el 65 y el 70%.

¿A qué se debe esto?
Entiendo que el mejor momento del negocio es lo que posibilita y potencia el interés de los productores por incorporar tecnología y profesionales para mejorar la producción. La ganadería local es económicamente sustentablemente, lo cual permitió también la aparición de algunos nichos ligados a la invernada en campos que necesitaban un grado de avance específico desde lo técnico.
Pronto estaremos hablando de producciones mixtas en Corrientes, inclusive incorporando al feed lot como una alternativa válida. Hay proyectos muy interesantes.

¿Cómo se logrará avanzar sobre los campos sin asesoramiento?
En los últimos dos años se ha generado una fuerte participación del gobierno local en la producción, a través del Plan Toro, por ejemplo. Además, se realizan asesorías técnicas oficiales en los campos y distintos convenios con los veterinarios privados, para que tomen un mayor contacto con el productor en temas clave como lo son el diagnóstico y control de las enfermedades reproductivas, entre otras.
Esto es sin dudas una “punta de lanza” para la mayor inserción profesional. Los colegas están trabajando, más allá de que aún resta mucho trabajo por hacer en una provincia con cerca de 5.200.000 cabezas.
De todas maneras, el ganadero está siendo asistido técnicamente y esto es muy importante para que tome conciencia de implementar planes sanitarios completos en la hacienda. Falta, pero se está avanzando.

¿Hay entusiasmo en los veterinarios?
Totalmente. Las últimas cinco generaciones de veterinarios han pegado un salto importante en materia de oportunidades. Son hombres y mujeres jóvenes, que claramente tienen posibilidades distintas a las que se tenían 10 años atrás.
En su mayoría son asesores, aunque muchos están vinculados a veterinarias, distribuidores o, incluso, laboratorios.
Pero lo importante es que existe la presencia del técnico en los campos para inducir al uso de productos veterinarios (fármacos y biológicos). Hoy está la disponibilidad del veterinario para la consulta.
Además, los profesionales también avanzan en situaciones ligadas a su propio equipamiento. En el área de influencia de nuestro Consejo, se han incorporado entre 40 y 50 ecógrafos para mejorar el servicio que se presta.
Esto posibilita no sólo una implementación tecnológica importante y una presencia instrumental de avanzada, sino que también estimula el trabajo en equipo entre los colegas.
Hoy ya es una realidad la combinación entre veterinarios con años de experiencia y jóvenes que se incorporan a los sistemas. Los resultados de esto están comenzando a verse en los despachos de tropas, la aplicación de inmunógenos y planes sanitarios, actividades a las cuales se suman las técnicas de ginecología aplicada, etc.
La presencia del médico veterinario en la producción hoy es insustituible y eso sin dudas redundará en una mayor aplicación de tecnología y una reducción en la presencia de las enfermedades reproductivas en la totalidad de la hacienda.

¿Participaron de la confección del Plan de Garrapata?
Realmente tuvimos poco que ver con el Plan propiamente dicho.
Nos comunicaron que ya estaba aprobado y comenzaría a funcionar. No obstante esto, hemos prestado toda nuestra colaboración en difundir la convocatoria hacia los veterinarios privados.
Entendimos que la oportunidad laboral no se debe perder, independientemente de que se nos haya consultado o no sobre los alcances de una medida que apunta a iniciar de forma orgánica la lucha contra la garrapata, a fin de ir liberando las zonas más afectadas, fundamentalmente hacia el norte de la provincia.

¿Cómo se complementan los veterinarios locales con los asesores que llegan de Buenos Aires, por ejemplo?
Ocurre que si esos profesionales “externos” no se asocian con los locales, se les hace imposible seguir el manejo de los campos de manera adecuada.
En general el veterinario que viene a la provincia en condición de asesor, lo hace con una frecuencia que no le permite estar en la problemática del día a día. Hoy están comprendiendo la necesidad de vincularse laboralmente y eso es muy positivo para todos. Los establecimientos que están proyectados al trabajo serio están alternando las dos posibilidades: el veterinario visitante y el colega residente.
La incidencia de incorporar a un profesional de manera permanente al campo de cría en esta provincia no genera hoy una disminución o pérdida en la economía de los productores, sino todo lo contrario.

¿Se modificó también el rol de las distribuidoras y las veterinarias?
Se empieza a ver que los productores dejan de comprar insumos en Buenos Aires por un tema del costo logístico, con lo cual directamente optan por trabajar con veterinarias y distribuidoras locales que facilitan la comercialización.
Las distribuidoras están avanzando fuertemente en este contexto, surgiendo algunas nuevas, asociaciones de colegas veterinarios con ingenieros agrónomos que han montado estas estructuras de asesoramiento y venta.
Además de esto, las distribuidoras ya consolidadas históricamente empiezan a montar sucursales propias en lugares estratégicos de la provincia.

¿Y cómo convive esta realidad con los comercios veterinarios?
Dentro del ámbito legal de comercialización de productos veterinarios, existe la libertad de ingresar al mercado si se cuenta, entre otras obligaciones, con asesores técnicos habilitados, que no solamente atienden al público, sino que también visitan los establecimientos de su área de influencia.
El sol sale para todos y habrá que aprender a convivir y competir.
Los productores se dan cuenta que una vaca que antes valía lo mismo que un par de zapatos, hoy vale diez pares. Las ecuaciones y la sustentabilidad marcan la tendencia del mercado y el avance de todos los sectores.

¿Con qué perfil de veterinario espera encontrarse en unos años?
Los profesionales tendrán una mayor obligación por seguir capacitándose, con necesidades inmediatas y puntuales. En este momento los veterinarios ocupamos, salvo excepciones, cargos de segundo o tercer orden dentro de las estructuras laborales de las empresas agropecuarias, lo cual nos obliga a una mejora en nuestra formación para posibilitar una inserción en posiciones de mayor jerarquía en este tipo de empresas.
Esto debería cambiar en el corto o mediano plazo y nuestra Facultad está avanzando en el tema. Hace años modificó su plan de estudios con el objetivo de brindarles a los futuros colegas más horas prácticas en los distintos campos laborales, de manera que el profesional no sienta un impacto directo al trasponer la realidad que necesariamente diferencia la condición de estudiante y la de profesional.

Manejo de inyectables en equinos: Aprovechando el contacto con el Dr. Gapel, con una amplia experiencia a campo en el segmento de los equinos, consultamos respecto de la posibilidad de que en Argentina se prohíba el suministro de medicamentos en los caballos deportivos.
“Se trata de una medida extrema. Pasaríamos del uso desmedido de productos sin control profesional y en manos de terceros a la prohibición”, comentó.
Asimismo, aseguró: “Son pocos los veterinarios que llegan a los establecimientos de entrenamiento y realizan la práctica diaria de administrar. Allí es donde se genera el desfasaje y el desdoblamiento de las funciones. Las personas (no veterinarios) que se acostumbran a administrar, empiezan a asociar los productos con ciertos tratamientos para luego, y en muchos casos, evitar la consulta al profesional. La presencia, receta y prescripción veterinaria se ve como un acto tan simple que no siempre se realiza, ni se evalúan los análisis bioquímicos, las exploraciones semiológicas, los diagnósticos complementarios en general”.
Por último, el especialista reconoció que esta es una oportunidad para instrumentar un buen trabajo en equipo. “Ese colega que no tiene tiempo o no quiere prescribir productos y eventualmente administrarlos, puede incorporar a su equipo a un colega joven para que lo haga”.

 

              



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