La genética aporta a la intensificación

Qué decir que no se haya dicho de los Barberis. Sin dudas que se trata de una de las cabañas y tambo comercial donde las palabras pasión y calidad se han mezclado acertadamente. Una filosofía bien definida de buscar lo que es un buen Holando Argentino.

Una de las paradas del Tour Lechero Argentina 2011 es la Cabaña La Lilia, donde los Barberis arrancaron a fines de los años ´50, y que en estos 53 años de trabajo recorrió un sendero sinuoso, como lo fue el de la ganadería argentina. Onelio Barberis fue el visionario del emprendimiento y hoy es testigo feliz de cómo una forma de hacer las cosas, ha multiplicado la impronta genética de la cabaña y la prosperidad de una familia trabajadora.

En la actualidad la cara visible de Cabaña y Tambos La Lilia es  Horacio Barberis, quien tiene claro que se trata de un trabajo en equipo, donde cada uno juega un rol que hace al todo. "Siempre digo que hay que tratar de decir que son pequeñas cosas que suman, creo que sí hay una filosofía bien definida de buscar lo que es un buen Holando Argentino, adaptarlo a nuestras necesidades básicamente. Pasamos de la competencia por tener una Gran Campeona a intentar multiplicar esa experiencia genética valiosa", apunta Barberis y reflexiona: "Fue la llegada al establecimiento del primer profesional de la familia, mi hermano Fabián, lo que marca un hito. Y no solo por la sapiencia que deviene de la universidad, sino que era un muchacho que pensó un poco más allá de la tarea propiamente dicha. A veces cuando uno es productor agropecuario no se detiene mucho a pensar, y él logró proyectar un pensamiento para el campo: ideó que aparte de  vender toros podríamos producir genética a través de nuestro centro de inseminación. Con esto quiero decir cual es el objetivo de La Lilia, y tratar de esa forma de desarrollar animales que sirvan a la gente".

Horacio dice que una parte de la tarea es observar cómo hacen los que realizan cosas, y así, cada viaje servía para asomarse a ver las soluciones que cada emprendedor encontró en cada lugar del mundo.

"Si bien la genética está globalizada, si uno tiene que ver las familias que mejor se adaptan a las circunstancias y al clima donde se reproducen. Uno cuando tiene la necesidad de traer embriones o vacas, ve que no todos se comportan de la misma forma naciendo en el mismo lugar. De allí el desafío de desarrollar un biotipo que se adapte a las condiciones productivas en nuestros campos".

Pero la cuestión no queda solo allí, la idea no es solo desarrollar animales más eficientes y resistentes, sino que también es esencial formar profesionales que acompañen este proceso. "Trabajamos para desarrollar animales técnicamente mejores, y profesionales a la par que se ganen un lugar para trabajar en nuestro país, que es bien necesario. En un país en donde tenemos la posibilidad de tener 2 millones de vacas overas negras, cuando uno dice 2 millones no se da cuenta la magnitud y la cantidad de vacas que son. En nuestra asociación tenemos unas 550 mil en control lechero. Por ello no es una locura soñar que haya más profesionales haciendo semen, haciendo control lechero, haciendo pruebas de progenie como corresponde, y poder decirle al mundo que nuestro país tiene esto para brindar al mundo. Uno trata de hacer desde casa de hacerlo y no solo decirlo", razona el titular de La Lilia.

-¿Cómo están impactando las nuevas herramientas que vienen de la mano de la genómica?
-Creemos que las tecnologías vienen para quedarse, aunque a veces hay modas pasajeras. Creo que la selección genética viene para quedarse, y hoy para estar a la vanguardia en el mundo, hay que prestar atención al desarrollo genómico, que no creo que cambie el 100 por ciento lo que se estaba haciendo, pero sí es una herramienta que va a ayudar mucho. El tema de los marcadores genéticos da la posibilidad al que va adquirir embriones, de una padre y madre de 12 y 13 meses de edad, o sea que los embriones que trajimos la gestó una madre que tenía 12 meses, y el padre que se inseminó tenía 12 meses también. Es impresionante, estamos hablando de individuos en pubertad. Acá en La Lilia hay un ternero que en septiembre va a nacer que es propio hermano de ese trasplante. Si bien las posibilidades pueden hacer que no salga igual de bien, pero uno está en la búsqueda permanente de encontrar lo que necesitamos.

Otro aspecto innovador en el esquema de los Barberis es poner en foco el tema ambiental y puntualmente el manejo de los efluentes: “Estábamos muy preocupados con los efluentes en la fosa de los tambos con los efluentes, un problema tan grave en la contaminación. Es un tema complejo, y más aun cuando pasamos de 50 a 150 vacas. Para mitigar el impacto ambiental, realizamos una obra donde los efluentes van a dos recipientes de lana de vidrio, de plástico. Luego, de ese tanque subterráneo, y con una bomba estercolera se chupan de ahí y se tiran al campo en forma de fertilizantes. Realmente esta fosa no era tan grande y con una inversión bastante pesada se pudo tapar. El otro tema es tratar de no contaminar las napas, creo que como tamberos debemos pensar en el futuro de un recurso escaso como el agua y tratar de mejorar en su cuidado”.

Fuente: www.todoagro.com.ar

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