Los microplásticos pueden transportar patógenos terrestres al océano

Los microplásticos pueden transportar parásitos terrestres al océano, lo que afecta la vida silvestre y la salud humana.

Los microplásticos son una vía para que los patógenos terrestres lleguen al océano, con posibles consecuencias para la salud humana y la vida silvestre, según un nuevo estudio. Este trabajo es el primero en conectar los microplásticos en el océano con patógenos terrestres. Revela que los microplásticos pueden facilitar que los patógenos causantes de enfermedades se concentren en áreas del océano contaminadas con plástico.

Los patógenos estudiados,  Toxoplasma gondii,  Cryptosporidium y  Giardia pueden infectar tanto a humanos como a animales. Son reconocidos por la Organización Mundial de la Salud como causas subestimadas de enfermedades por el consumo de mariscos y se encuentran en todo el océano.

“Es fácil para las personas descartar los problemas plásticos como algo que no les importa, como, 'no soy una tortuga en el océano; no me atragantaré con esto'. Pero una vez que empiezas a hablar de enfermedad y salud, hay más poder para implementar el cambio. Los microplásticos en realidad pueden mover gérmenes, y estos gérmenes terminan en nuestra agua y nuestra comida”, indican los autores.

UN PROBLEMA ANIMAL Y HUMANO

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico de menos de 5 milímetros, no más grandes que un grano de arroz. Han contaminado aguas tan remotas como la Antártida. Los hallazgos recogen que, al hacer autostop sobre microplásticos, los patógenos pueden dispersarse por todo el océano y llegar a lugares donde normalmente nunca se encontraría un parásito terrestre.

T. gondii, un parásito que se encuentra solo en las heces de los gatos, ha infectado a muchas especies oceánicas con la enfermedad toxoplasmosis. Los científicos tienen una  larga historia  de investigación que relaciona el parásito con las muertes de nutrias marinas. En las personas, la toxoplasmosis puede causar enfermedades de por vida, así como trastornos reproductivos y del desarrollo. 

Además, Cryptosporidium Giardia causan enfermedades gastrointestinales y pueden ser mortales en niños pequeños y personas inmunodeprimidas.

"Este es un problema que afecta tanto a humanos como a animales", advierten. Por ello, destacan la importancia de aplicar un enfoque de One Health “que requiere la colaboración entre disciplinas humanas, de vida silvestre y ambientales. Todos dependemos del entorno oceánico”. 

MICROESFERAS Y MICROFIBRAS

Para el estudio, realizaron experimentos de laboratorio para probar si los patógenos seleccionados pueden asociarse con plásticos en el agua de mar. Utilizaron dos tipos diferentes de microplásticos: microesferas de polietileno y microfibras de poliéster. Las microperlas se encuentran a menudo en cosméticos, como exfoliantes y limpiadores, mientras que las microfibras se encuentran en ropa y redes de pesca.

Los científicos encontraron que más parásitos se adhirieron a las microfibras que a las microesferas, aunque ambos tipos de plástico pueden transportar patógenos terrestres. Las tenues partículas de microfibras se han encontrado en mariscos.

UNA VÍA PARA LOS PATÓGENOS 

Según cuentan, el plástico facilita que los patógenos lleguen a la vida marina de varias maneras, dependiendo de si las partículas de plástico se hunden o flotan.

Los microplásticos que flotan a lo largo de la superficie pueden viajar largas distancias, propagando patógenos lejos de sus fuentes en la tierra. Los plásticos que se hunden pueden concentrar patógenos en el ambiente del bentos, cerca del fondo del mar. Ahí es donde viven los animales que se alimentan por filtración como el zooplancton, las almejas, los mejillones, las ostras, el abulón y otros mariscos, lo que aumenta la probabilidad de que ingieran tanto plástico como patógenos.

“Cuando se arrojan plásticos, se engaña a los invertebrados. Estamos alterando las redes alimenticias naturales al introducir este material creado por el hombre que también puede introducir parásitos mortales”.

REDUCCIÓN DE PLÁSTICO

Los expertos apuntan que existen varias formas para que los humanos ayuden a reducir los impactos de los microplásticos en el océano. Una de ellas es tener en cuenta que las microfibras se desprenden comúnmente en las lavadoras y pueden llegar a las vías fluviales a través de los sistemas de aguas residuales.

“Este trabajo demuestra la importancia de prevenir las fuentes de microplásticos en nuestros océanos. Las estrategias de mitigación incluyen filtros en lavadoras, filtros en secadoras, celdas de bioretención u otras tecnologías, para tratar las aguas pluviales y las mejores prácticas de gestión para evitar la liberación de microplásticos de las industrias plásticas y los sitios de construcción”.

Fuente: https://www.diarioveterinario.com/

TAGS: Microplásticos. Patógenos terrestres. Salud humana. Vida silvestre.

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