Los autores explican que el trabajo ayudará a mejorar los programas de entrenamiento acuático para caballos. TAGS: Equinos. Rehabilitación acuática. Fisioterapia equina. Natación equina. Salud equina. Medicina veterinaria. Veterinaria
El entrenamiento acuático de caballos en piscinas se ha utilizado durante muchos años. La motivación principal es preservar la condición física de los caballos a través de un nivel significativo de actividad, como la natación, al tiempo que se minimiza el estrés en las extremidades asociado con las fuerzas de carga de peso gracias a la flotabilidad proporcionada por la inmersión en una piscina. Este principio también se ha aplicado en la rehabilitación para promover la carga de peso temprana. La flotabilidad del agua reduce el impacto y el estrés en las estructuras vulnerables, lo que permite una participación más temprana en actividades de carga de peso en comparación con los programas de rehabilitación sin natación. Este enfoque tiene el potencial de acelerar la recuperación, mantener la fuerza muscular y la movilidad de las articulaciones y prevenir los efectos adversos asociados con la inmovilización prolongada.
Sin embargo, los caballos siguen estando mal adaptados a un entorno acuático. Debido a su morfología, existe una distribución desigual de la masa en el agua; las partes más densas, como las extremidades, la cabeza y el cuello, tienden a hundirse, mientras que las regiones menos densas, como el tórax, tienden a flotar. Este desequilibrio crea un momento de enderezamiento que, si el animal permanece pasivo, lo devuelve gradualmente a una posición de equilibrio que es casi vertical. A pesar de esto, el caballo comienza a nadar instintivamente tan pronto como sus cascos ya no pueden tocar el suelo.
Aunque la natación ha sido cada vez más incorporada en los programas de entrenamiento por muchos entrenadores de forma empírica, muy pocos estudios se han centrado en el análisis biomecánico de caballos nadando en una piscina, particularmente en lo que respecta a la coordinación de las extremidades.
En la locomoción terrestre, una zancada se divide en dos fases principales: la fase de apoyo, donde el casco está en contacto con el suelo, soportando el peso del cuerpo mientras se mueve hacia atrás (retracción), y la fase de balanceo, donde el casco se mueve hacia adelante sin contacto con el suelo (protracción). La principal diferencia durante la natación radica en la ausencia de contacto con el suelo, lo que altera la analogía de la marcha.
Por ello, el estudio de la coordinación de las extremidades durante un ciclo de natación es esencial para comprender la biomecánica del movimiento acuático. En consecuencia, un trabajo realizado en Francia ha buscado determinar el patrón de coordinación de las extremidades durante la natación e identificar parámetros cuantitativos basados en eventos espacio-temporales que puedan describir y distinguir sus variaciones. El primer objetivo se logró mediante la detección visual de las fases de propulsión y retorno por parte de veterinarios expertos, seguida de un análisis cualitativo de los diferentes patrones de natación. El segundo objetivo consistió en clasificar las vueltas de natación mediante un algoritmo de aprendizaje automático.
Patrones de natación equina con importantes implicaciones en rehabilitación veterinaria
Este estudio se llevó a cabo en una piscina en forma de U, de 50 m de largo y 3 m de profundidad. La temperatura del agua osciló entre 15 y 22 °C según la temporada. Once caballos de salto amateur no cojos, sin lesiones en las extremidades pero que potencialmente presentaban lesiones cervicales o dorsales compatibles con el ejercicio en piscina, fueron incluidos en este estudio.
En primer lugar, dos veterinarios especialistas con experiencia en locomoción equina realizaron un análisis cualitativo de la secuencia de las extremidades de forma visual utilizando los videos. El análisis de las fases de propulsión permitió identificar la siguiente secuencia de nado, que comienza con (1) la extremidad anterior izquierda, seguida de (2) la extremidad posterior izquierda, luego (3) la extremidad anterior derecha y, finalmente, (4) la extremidad posterior derecha. Además, al observar el tiempo de las fases de propulsión, el equipo veterinario identificó cualitativamente tres estrategias de nado diferentes. La Estrategia 1 (S1) fue una estrategia de nado de dos tiempos con superposición de tiempo lateral, caracterizada por el emparejamiento de fases de propulsión de extremidades en pares laterales, anterior y posterior. La Estrategia 2 (S2) fue una estrategia de natación de dos tiempos con superposición de tiempos en diagonal, basada en el emparejamiento de las fases de propulsión de las extremidades en pares diagonales, tanto anteriores como posteriores. Finalmente, la Estrategia 3 (S3) fue una estrategia de natación de cuatro tiempos, donde los movimientos de cada extremidad se ejecutaron de forma independiente de manera secuencial. Esta estrategia exhibió variaciones que eran perceptibles a simple vista, lo que sugiere la posible existencia de subcategorías, aunque estas fueron difíciles de distinguir claramente a través de la observación visual únicamente.
Variabilidad en las estrategias de natación
Uno de los hallazgos principales destacados por los autores es la variabilidad en las estrategias de natación tanto dentro como entre caballos individuales. “Mientras que cinco caballos mantuvieron consistentemente la misma estrategia a lo largo de sus sesiones de natación, otros seis mostraron variaciones en su estrategia entre vueltas. Esto sugiere que factores como la dirección de natación, las pausas entre vueltas y la fatiga pueden influir en la selección de la estrategia de natación”, indican. Esta variabilidad “resalta la complejidad de la locomoción acuática en caballos y cuestiona la noción simplista de "natación de perro" que a menudo se usa para describir la natación en mamíferos cuadrúpedos terrestres”.
Del mismo modo, explican que “nuestros resultados sugieren que los caballos demuestran una notable plasticidad para adaptarse a las limitaciones del entorno acuático”. Así, exponen que “serán necesarios más estudios para demostrar posibles relaciones de causa y efecto entre la raza, la actividad terrestre habitual, la dirección de rotación, la fatiga o el entrenamiento y la elección de la estrategia de natación por parte de cada caballo”. En resumen, “el presente estudio sienta las bases para un método reproducible y automatizable para clasificar las estrategias de natación”.
Ante estos hallazgos, sentencian que “nuestro estudio abre nuevas posibilidades para la investigación, incluido el seguimiento de los cambios en los estilos de natación a lo largo del tiempo y la exploración de cómo la natación puede ayudar con diferentes lesiones”. Por tanto, “este trabajo ayudará a mejorar los programas de entrenamiento acuático para caballos”.
Fuente: https://www.diarioveterinario.com/
No hay comentarios aún.