Medicina Veterinaria y Fauna 2. La salud de la fauna y la producción animal – reservorios silvestres y alternativas productivas

Introducción: La fauna y sus enfermedades tienen relación directa e indirecta con los sistemas productivos animales. La relación directa es la que surge de la utilización de especies silvestres para producciones alternativas y en la diversificación de las producciones tradicionales. Autor: Pablo M. Beldomenico. Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional del Litoral. Global Health Program – Wildlife Conservation Society

La relación indirecta se da a nivel de la interfase doméstico-silvestre, donde existe un flujo de patógenos que es necesario tener en cuenta para proteger la sanidad de nuestros animales de producción pecuaria.

Producciones alternativas y utilización de recursos faunísticos 

La utilización de nuestra fauna como fuente de alimentos, cuero, piel, lana, plumas, etc. puede realizarse de diversas maneras, que van desde sistemas intensivos a la cosecha directa desde la naturaleza.

Indudablemente, el cosechar directamente de la naturaleza insume un costo de producción extremadamente bajo (sólo el costo de cosecha), pero supone un uso racional debidamente normatizado y controlado que evite que se produzca una sobreexplotación del recurso, lo que comprometería la sustentabilidad de la práctica. Para lograr utilizar un recurso de manera racional y sostenible, es necesario determinar aspectos claves de la historia natural de la especie en cuestión. Hay dos razones principales que determinan que la evaluación de la condición de salud de poblaciones silvestres sea imprescindible para lograr comprender las limitantes a las que se enfrentan la fauna:  a) por un lado, se ha reconocido que los patógenos son un factor que juega un papel importante en la dinámica poblacional de la fauna, y por consiguiente de su abundancia; b) al mismo tiempo, la prevalencia y severidad de las infecciones es dependiente del estado de salud general de los individuos. Por ello, tanto el conocimiento de las infestaciones/infecciones como el de la condición física integral de animales silvestres son fundamentales a la hora de administrar el uso de una especie como recurso faunístico. Si tener en cuenta el estado sanitario de la fauna silvestre es importante para lograr hacer una explotación racional de la misma, entonces, los veterinarios debemos ocupar un rol más activo en estos ámbitos. Asimismo, también tenemos un rol importante para con la salud pública, ya que es nuestra responsabilidad garantizar la inocuidad de los productos obtenidos a partir de la fauna, destinados al consumo humano.

En ocasiones, resultan redituables iniciativas productivas con mayor intervención. Las iniciativas conocidas como “rancheo”, son ejemplos de emprendimientos mixtos, en los que una parte de la producción se da en la naturaleza y el resto en condiciones controladas. La especie en la que se comenzó a realizar este procedimiento en nuestro país han sido los yacarés (yacaré overo y yacaré negro). El rancheo consiste en la recolección de huevos de la naturaleza, y su incubación y cría de los pichones obtenidos en cautividad. De esta manera se logran altos porcentajes de eclosión y supervivencia, mucho mayores a los que se lograrían en condiciones naturales. Para asegurar la sustentabilidad de la actividad, la proporción de crías que sobreviviría en la naturaleza es devuelta al sitio de colecta de huevos. Las ciencias veterinarias juegan aquí un importante rol para asegurar altas eficiencias de eclosión y supervivencia de pichones.

Otra práctica productiva que involucra a la fauna es la consociación de ganado con especies silvestres en sistemas productivos extensivos. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, hay establecimientos que han incorporado al ñandú en sistemas ganaderos. La dieta de los ñandúes está compuesta por un alto porcentaje de plantas dicotiledóneas, poco consumidas por los bovinos en áreas de vegetación natural y presentes en condiciones de sobrepastoreo, por lo que la asociación bovino-ñandú resulta una combinación conveniente. También existen emprendimientos productivos en los que la fauna es el principal objetivo productivo. En ellos, los animales son  mantenidos en condiciones similares a las producciones tradicionales (por ej., los criaderos de carpinchos). En estos casos, a través de los años, la selección artificial hace que la especie entre en vías de domesticación (por ej., chinchillas) (referirse a la primera entrega de la serie Medicina Veterinaria y Fauna para definiciones de especies domésticas y silvestres). El rol del veterinario en estos emprendimientos es similar al que se ejerce en los zoológicos o en las producciones convencionales (sanidad, nutrición, reproducción, etc.).

La fauna como fuente de enfermedades para los animales domésticos:

La fricción existente en la tríada hombre-especies domésticas-fauna, no sólo conlleva a situaciones que atentan contra la salud y el bienestar de las poblaciones silvestres o los seres humanos, sino que también tiene la capacidad de afectar la salud de las especies domésticas, con el potencial de causar cuantiosas pérdidas económicas en el sector agropecuario. Los animales silvestres no entienden de pautas de manejo ni de alambrados, simplemente se trasladan volando, marchando o reptando sin respetar límites físicos artificiales. Son atraídos si hay alimento disponible y beben el agua del lugar donde se hallan. Orinan, defecan, o marcan territorio por otros métodos. Alojan una variadísima infracomunidad de virus, hongos, bacterias, protozoos, endo y ectoparásitos, los que a veces pueden transmitirse a los otros componentes de la comunidad por medio de vectores, contacto directo o indirecto. Este potencial pasaje de patógenos se da también a la inversa, convirtiéndose la fauna en nuevos hospederos para patógenos de los animales domésticos. Por ello, los programas de prevención, control o erradicación de enfermedades de las especies domésticas no deberían ignorar la interfase doméstico-silvestre. En otros países, se ha demostrado que significativos flagelos de la actividad agropecuaria, como son la tuberculosis, la leptospirosis, la brucelosis y la salmonelosis, tienen a especies silvestres como actores preponderantes en sus epidemiologías.

Las enfermedades con origen en la fauna que pueden ser una amenaza para los animales domésticos pueden ser propias de la especie silvestre en cuestión o pueden tener su origen en especies domésticas y haberse establecido en algunas poblaciones silvestres. Un ejemplo autóctono del primer caso es la rabia paresiante transmitida a los bovinos por el vampiro Desmodus rotundus en el noreste de nuestro país. Para establecer ejemplos locales del segundo caso hace falta investigar más la epidemiología de enfermedades a nivel de la interfase doméstico-silvestre. En el Reino Unido, el bacilo causal de la tuberculosis bovina (Mycobacterium bovis) se ha propagado desde el ganado bovino a la fauna británica y encontró en los tejones a un hospedero adecuado para su mantenimiento en la naturaleza. Hasta el presente, las estrategias que intentaron controlar y erradicar la tuberculosis en bovinos y en tejones han fallado, y la incidencia en el ganado ha superado el 18 % por año, causando una pérdida anual de más de 120 millones de dólares. Algo muy similar ha ocurrido en Nueva Zelanda, donde el bacilo se estableció en poblaciones de una especie de marsupial introducida desde Australia. En Argentina, las pérdidas económicas producidas por la tuberculosis bovina y el costo de su programa de control son enormes. Sin embargo, si bien en la actualidad se están realizando los primeros esfuerzos por realizar estudios epidemiológicos de M. bovis en especies silvestres argentinas, el rol de la fauna en la ecología de la enfermedad virtualmente se desconoce.

Las aves migratorias recorren miles de kilómetros. Son verdaderos viajeros intercontinentales, que pueden introducir patógenos a través de cualquier frontera sin control alguno. La producción doméstica más afectada por ellas es la industria avícola. En Europa, el interés del público por el bienestar animal ha provocado que muchas granjas avícolas tengan a sus gallinas libres, y así venden un producto ‘free-range’ que tiene un rédito adicional. A partir de la aparición de brotes de influenza aviar en el Este europeo, muchos países decidieron prohibir el mantener las gallinas a cielo abierto y las confinaron en galpones totalmente cerrados, aislados de cualquier contacto con aves silvestres.

En Argentina, están dadas las condiciones para que la interfase doméstico-silvestre sea de una magnitud tal que permita un flujo considerable de patógenos. Es desconocido el papel que cumplen muchos de los representantes de la fauna argentina en los ciclos epidemiológicos de los principales problemas sanitarios de la producción pecuaria. Para asegurarnos de ser un país libre de aftosa, se debería conocer y tener en cuenta la ecoepidemiología de la enfermedad en los ungulados silvestres. Poblaciones de pecarí labiado y de collar, de corzuelas roja y parda, así como también del ciervo de los pantanos podrían ser potenciales portadores del virus y su distribución se halla establecida a ambos lados de las fronteras con los países limítrofes del Norte, donde la enfermedad es endémica. En un país donde gran parte de la economía se sustenta en actividades agrícola-ganaderas, el desconocimiento del rol de la fauna en el mantenimiento y transmisión de enfermedades importantes de los animales domésticos puede pagarse muy caro. Es necesario alentar la producción de conocimiento en este área y hacer extensivas las medidas de vigilancia epidemiológica activa y monitoreo de enfermedades específicas a las poblaciones silvestres relevantes. De no ser así, los planes de erradicación o control de las enfermedades de los animales domésticos correrán substancial riesgo de fracaso.

Este boom de las mal llamadas mascotas “exóticas” constituye un negocio multimillonario y está sustentado en un tráfico legal e ilegal de fauna, que también debería ser ocupación de los servicios veterinarios oficiales, ya que la difusión de enfermedades infecciosas y parasitarias por esta vía es de alto riesgo. Como ejemplo, el temido virus de influenza aviar altamente patogénico H5N1 entró en el aeropuerto de Bélgica en el 2005 portado por un águila tailandesa que estaba siendo contrabandeada dentro de un tubo y, más tarde, ese mismo año, se produjo un hallazgo similar en el Reino Unido, con un envío de aves canoras destinados al mercado de mascotas.

A la profesión le cabe una gran responsabilidad para que el crecimiento de esta tendencia cuente con la guía y el control necesarios, asegurando el bienestar de los animales y de sus dueños y minimizando los riesgos para las poblaciones silvestres, la salud pública y los animales domésticos.

Mientras aguardamos la generación de conocimiento sobre el rol de la fauna argentina en la epidemiología de las enfermedades de los animales domésticos, es importante actuar de manera preventiva. Resulta importante incorporar infraestructura y medidas de manejo que eviten el contacto entre la fauna y los animales domésticos. Asimismo, es también sumamente importante conservar la funcionalidad de los ecosistemas. Cuando los ecosistemas son perturbados, algunas especies resultan especialmente favorecidas (se vuelven especies plaga), y al aumentar su número se incrementa la prevalencia de infecciones por sus patógenos endémicos y por consiguiente, también aumenta la probabilidad de que se dé transmisión de enfermedades a los animales domésticos o el hombre.

Bibliografía

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