El sistema de producción y el plano nutricional ofrecido, pueden modificar considerablemente la composición química de la carne. Dentro del organismo humano, los alimentos que incrementen los niveles de los ácidos grasos saturados y los insaturados pueden modificar los niveles del “colesterol bueno” (LDH o lipoproteína de alta densidad) y los del “colesterol malo” (LDL o lipoproteína de baja densidad). Además, de los niveles del ácido linoleico conjugado (CLA). Las variaciones de estos ácidos grasos en sangre tendrían efectos sobre la salud humana. De ahí su importancia en la dieta. AUTOR: Aníbal Fernández Mayer. Técnico del INTA EEA Bordenave. Centro Regional Buenos Aires Sur (CERBAS). Ingeniero Agrónomo (Unv. Nac. La Plata), Especialista en Lechería (Shefayin, Israel), Magister en Producción Animal (INTA Balcarce-Univ. Nac. Mar del Plata), Doctor y Post-Doc en Ciencias Veterinarias especialista en Nutrición Animal (Instituto de Ciencia Animal, La Habana, Cuba). afmayer56@yahoo.com.ar // fernandez.anibal@inta.gob.ar
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