El Servicio Veterinario Uruguayo pasó exitosamente la segunda evaluación de la OIE

Uruguay pasó con éxito la segunda evaluación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) a su servicio veterinario. Surgen nuevas fortalezas y gran parte de los puntos flojos detectados en 2007 ya pudieron ser solucionados.

Cuatro expertos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) -el organismo que regula la sanidad y el comercio de animales y subproductos en todo el mundo- realizaron la segunda evaluación al servicio veterinario uruguayo (Dirección General de Servicios Ganaderos), remarcando grandes avances y observaciones al final de su trabajo.

Su evaluación se desarrolló del 28 de abril hasta ayer, incluyéndose visitas a la empresa Bomprole (láctea), Prolesa, la planta de elaboración de harinas de carne (Renderín) Cardama, laboratorio Microsules, avícola Tres Arroyos, Frigorífico Cativelli, un predio ganadero en Treinta y Tres, la barrera sanitaria Yaguarón-Río Branco, oficinas zonales de los Servicios Ganaderos, así como el laboratorio oficial Dilave "Miguel C. Rubino" y dependencias.

"El resultado de la evaluación fue muy positivo. La herramienta que usaron este año es mucho más abarcativa y compleja que la de 2007, porque incorporaron nuevas competencias para evaluar y llegar a los niveles de complacencia es mucho más complejo", dijo a El País el coordinador de la Dirección General de Servicios Ganaderos, José Gallero.

Los inspectores detectaron como fortalezas un alto nivel profesional en capacidad técnica, en lo que es interacción con las partes interesadas (con productores y veterinarios privados), así como un buen acceso de Uruguay a los mercados internacionales, debido a que es considerado un país con serias certificaciones y elevados procesos tecnológicos.

Para Uruguay vale mucho que los inspectores de la OIE aseguren que el sistema de rastreabilidad animal que se aplica es uno de los más avanzados del mundo. También destacaron la transparencia en la información sanitaria, un valor que Uruguay supo conservar aún en los peores momentos: cuando las crisis de fiebre aftosa de 2000 y 2001, donde se perdió la categoría de libre de fiebre aftosa sin vacunación.

Debilidades.

Pero como toda misión también plantearon debilidades, aunque algunos puntos flojos que habían detectado en 2007 ya fueron solucionados. En ese entonces se había marcado como un problema la falta de un Colegio Veterinario, un organismo estatutario legal que se haga responsable del trabajo de los veterinarios privados.

Hoy la colegiación de la profesión está a punto de salir. El año pasado el proyecto de ley fue aprobado por el Senado y ahora está a estudio de Diputados.

"Entendemos que vamos a tener el mismo consenso que hubo en Senadores, según las visitas que hemos hecho y esperamos que se apruebe la ley, para instalar cuanto antes el Colegio Veterinario", aseguró a El País el presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU), Ramiro Días.

Otro de los puntos flojos marcados en 2007 era que la edad promedio de los veterinarios y técnicos oficiales era avanzada y que la autoridad veterinaria no utilizaba tanto la red de veterinarios privados que trabajan en los establecimientos.

Entre este año y 2013, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca incorporó cerca de 50 funcionarios a su servicio veterinario, para levantar esta observación de la OIE.

Por otro lado, entre las fortalezas la misión remarcó que Uruguay tiene buenos sistemas de vigilancia y prevención para fiebre aftosa y para encefalopatía espongiforme bovina o "vaca loca"; fuertes inversiones en el laboratorio oficial y un excelente relacionamiento con el sector privado.

Recomendaciones.

Se planteó afinar más el programa de lucha contra la brucelosis bovina si la meta es la erradicación de la enfermedad, promoviendo acciones como una ampliación de los muestreos de sueros que se hacen sobre el ganado que va a faena, buscando detectar portadores asintomáticos de la enfermedad.

También se remarcó la necesidad de que el MGAP realice un mayor control sobre la distribución de productos veterinarios, especialmente los antibióticos.

Es que en el mundo entero, el mal uso de estos fármacos está provocando que crezcan las bacterias resistentes, afectando la salud humana.

Hubo 250 misiones en unos 120 países

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) entiende a los servicios veterinarios de los países como un bien público mundial y promueve su evaluación, buscando detectar fortalezas, pero sobre todo, debilidades a mejorar para que presten mejores servicios. Uruguay enfrentó con éxito la primera evaluación en 2007 y fue uno de los primeros en ser evaluados; hoy, dentro de Sudamérica, van quedando Brasil y Argentina. En 2006, a pedido de los países miembros, la OIE desarrolló las misiones de evaluación -conocidas como Prestaciones de los Servicios Veterinarios (PVS)- y a finales de 2013 se llevaban más de 250 misiones en más de 120 países. El organismo establece que aquellas naciones que ya fueron evaluadas, deben tener visitas de seguimiento, conformadas por inspectores de la OIE, con el fin de determinar avances y retrocesos en el funcionamiento de los servicios veterinarios y las prestaciones a los usuarios.

Fuente: http://www.elpais.com.uy

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