La colegiación de la profesión veterinaria, cuyo proyecto fue sancionado el 13 de agosto pasado en la Cámara de Diputados, y que ahora espera la promulgación del Poder Ejecutivo, tiene una importancia trascendental para la profesión veterinaria que desde hace 50 años venía trabajando en procura de este objetivo.
Este concepto fue destacado a El Observador por el presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU), Ramiro Díaz, quien resaltó que era un reclamo de la profesión desde hace 50 años y también una necesidad, si se tiene en cuenta que en una oportunidad la propia Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), en su evaluación al país, hizo una observación sobre la no existencia de un organismo estatutario que controlara y regulara las acciones de los profesionales del ejercicio liberal.
Por lo tanto, además de ser un organismo que regule la actividad profesional, es también una garantía para el usuario, dado que el colegio se responsabilizará y respaldará la actividad de todos los veterinarios del país.
En definitiva es un respaldo para todos los consumidores de servicios veterinarios, remarcó Díaz. A su vez, en el plano del comercio internacional existen cada vez más trabas, siendo una de esas exigencias la referida a la existencia de un colegio veterinario que respalde y se responsabilice por la actividad de todos los veterinarios.
El dirigente expresó que se espera que el trámite de reglamentación de la ley se procese rápidamente para comenzar a dar todos los pasos para la implementación del colegio veterinario.
Igualdad de condiciones
Por otra parte, este instrumento va a permitir poner en igualdad de condiciones el trabajo de todos los veterinarios frente al problema existente de ingreso de profesionales de países vecinos. En el marco de los convenios regionales del Mercosur se consagra la libre circulación de profesionales entre los países, siempre que soliciten autorización a los colegios respectivos para desarrollar los trabajos, dijo Díaz.
Agregó que en ese caso Uruguay estaba en absoluta desventaja, señalando que “los veterinarios uruguayos para ir a trabajar a Argentina o Brasil debemos pedir la autorización del colegio correspondiente para hacer ese trabajo puntual. Sin embargo, veterinarios argentinos y brasileños pueden ingresar a realizar sus trabajos en Uruguay sin ninguna limitación porque en este país no existe el colegio, que es el organismo que los debería controlar, auditar y permitir desarrollar su trabajo”.
En consecuencia, una vez que esté funcionando este organismo, los veterinarios extranjeros tendrán que solicitar autorización al colegio, deberán respetar todas las reglamentaciones sanitarias nacionales y además van a tener que hacer todos los aportes tributarios que “nosotros hacemos. Desde ese punto de vista se igualarán las condiciones de competitividad”, sostuvo el titular de la SMVU.
Competitividad veterinaria
Cuando se ponga en marcha próximamente el colegio veterinario, las mejores condiciones de competitividad van a beneficiar a los consumidores, porque en definitiva van a trabajar los mejores prestadores de servicio. “Nos vamos a diferenciar, solamente por la capacidad y calidad de nuestro trabajo profesional y no por desventajas económicas que se estaban verificando”, dijo Ramiro Díaz.
Fuente: http://www.elobservador.com.uy
No hay comentarios aún.