Argentina: Hacia un manejo sustentable de los residuos de la agroindustria

El crecimiento de la tecnificación en la actividad agropecuaria e agroindustrial en el último tiempo y lo que se espera para los próximos 10 años, trae aparejado un aumento en la generación de residuos. Frente a esta problemática Argentina decidió impulsar a través de un programa, su control y manejo en los distintos eslabones de la cadena con el objetivo de buscar la sustentabilidad.

En una primera etapa se apuntará a su tratamiento para luego a través del aporte de tecnología lograr su desarrollo y transformación en energía.

Con la publicación de la resolución 369 en el Boletín Oficial, el Ministerio de Agricultura creó el Proyecto: “Manejo de Residuos en Sistemas Productivos” por el cual asesorará y brindará recursos a pequeños productores rurales en la adopción de nuevas capacidades y tecnologías adecuadas de gestión de desechos en sus establecimientos.

En una primera instancia se creará una línea de trabajo con las distintas áreas de la cartera agropecuaria como son: lechería y ganadería, éste último incluye a bovinos, porcinos y aves, para hacer un relevamiento de la cantidad de residuos que diariamente se dan en la actividad.

Luego por medio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se impulsará llevar adelante acciones que permitan reformular los desechos en la elaboración de energía. La idea es transmitir tecnología a los productores para que ellos mismos puedan gestionar esos efluentes.

Un caso muy conocido es el de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) que desarrolló a partir de efluentes generados por la producción porcina, biogás en biodigestores anaeróbicos creando energía térmica y/o eléctrica o como biocombustible lo que permite el autoabastecimiento para sus plantas.

Hace poco el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), relevó los proyectos que existen basados en biomasa sólida seca y ahora encara los de residuos húmedos.

Desde el organismo oficial, el coordinador de energías renovables, Gustavo Gil señaló que el objetivo es “darle impulso a muchas plantas que quizás hoy están demoradas, creemos por la dificultad operativa aportando la ayuda técnica de nuestro instituto”.

Esto permitirá a la larga contar con una herramienta para planificar de manera estratégica el desarrollo de la biomasa focalizado en iniciativas de pequeñas y medianas empresas.

Argentina busca así demostrar al mundo que su producción es sustentable. Una demanda que a la larga los mercados europeos exigirán como un elemento válido para el ingreso a sus góndolas. Un ejemplo de la transformación de los residuos es Alemania que tiene el 60% de su matriz energética proveniente de biomasa.

En definitiva están dadas las condiciones para que el sector agroindustrial local se convierta en un generador de energía en consonancia con el medio ambiente. Una alternativa que permite la autosuficiencia y logra insertar mayor mano de obra al mercado laboral.

Se trata ni más ni menos de una exigencia inminente en el comercio mundial de alimentos, y donde la Argentina empezó a dar un paso importante desde hace mucho.

Desechos urbanos en bioenergía

En el sur de Córdoba, el municipio de Huinca Renancó, transformarán los desechos sólidos urbanos orgánicos, sumado a los de frutas y verduras para obtener electricidad y biofertilizante. Un proyecto que aportará hasta 300 kWh.

El proyecto, que se enfoca en el tratamiento de los residuos domiciliarios de más de 35 mil vecinos, busca producir energía sin contaminar el ambiente.

“Nuestro objetivo es que la separación de los residuos se haga en cada uno de los hogares, y para eso trabajamos en campañas de concientización en las escuelas”, dijo su intendente, Oscar Saliba.

La planta de biogás pronta a inaugurarse recibirá más de 1.500 toneladas al año de residuos sólidos urbanos, más de 300 de desperdicios del mercado concentrador de frutas y hortalizas y 800 de sorgo biomásico.

El mismo recibió el asesoramiento del INTA, el cual estuvo enfocado en la evaluación de cuatro cultivares que, además de adaptarse a la región, “tienen que tener alto contenido de azúcar para generar energía a partir de la fermentación anaeróbica”, manifestaron los expertos.

Fuente: http://www.diariobae.com

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