Una técnica biológica para el control de la vinchuca en la zona norte de la provincia de Salta ha demostrado resultados óptimos en la eliminación del vector que transmite la enfermedad de Chagas. Se trata de un desarrollo para el que se utiliza la cepa de un hongo endopatógeno que resulta inocua para la población humana.
En esta zona, la vinchuca es resistente a los insecticidas tradicionales que se emplean para combatirla y que, además, son nocivos para el ambiente y las personas.
La vinchuca es el insecto responsable de la transmisión del parásito de la enfermedad de Chagas, un protozoario microscópico, científicamente conocido como Trypanosoma cruzi. La enfermedad tiene gran incidencia en algunos países de Latinoamérica, fundamentalmente en los sectores pobres de la población. Investigadores trabajan para combatir la vinchuca a partir del desarrollo de una técnica biológica.
La enfermedad debe su nombre a los médicos Carlos Chagas y Salvador Mazza. El doctor Carlos Chagas (1879-1934) fue un célebre investigador brasileño que realizó el descubrimiento del parásito del género Tripanosoma que transmite la enfermedad. En Argentina, la patología fue estudiada con exhaustividad por el doctor Salvador Mazza, quien evidenció su importancia sanitaria, describió formas clínicas y difundió sus análisis a través de la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina, que él mismo fundó. El Mal de Chagas ataca órganos vitales, provoca lesiones invalidantes y genera un deterioro que resulta letal.
Los investigadores que participan en el trabajo pertenecen al Instituto de Patología Experimental, Conicet, Universidad Nacional de Salta, que es dirigido por el doctor Miguel Basombrio, y al INIBI LP, Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata - UNLP.
En diálogo con InfoUniversidades el licenciado Rubén Cardozo, integrante del Instituto de Patología Experimental (IPE), explicó el modo como se elimina el vector: “La eliminación de la vinchuca a través de biocontrol de insectos surge de la idea del desarrollo de controles de insectos en la actividad agrícola. Básicamente, lo que se hace es enfermar a la vinchuca, esto es, infectar al insecto de manera tal que éste pueda hacer lo mismo a otros, en forma horizontal, enfocando a aquellos que se encuentran dentro de una vivienda. Se demostró que, una vez implementado en el interior de una vivienda, se controla a estos vectores y, de esta manera, se evita el contagio del Mal de Chagas.
Para este desarrollo se utiliza una cepa de un hongo llamada Beauveria bassiana, capaz de parasitar a insectos de diferentes especies y de causarles la conocida enfermedad blanca de la muscardina, que lleva el nombre de su descubridor, el entomólogo italiano Agostino Bassi. Hacia 1835, Bassi observó la aparición de la enfermedad muscardina sobre los cuerpos de algunos gusanos de seda que se encuentran naturalmente en el suelo. Desde el INIBILP, se facilitó la cepa del hongo y en la actualidad, los investigadores prueban distintas experiencias para determinar cuál es el método más efectivo que lleve a un control exitoso de la vinchuca.
Cardozo explicó la elección de esta técnica: “De las distintas formas se eligió esta técnica que surgió de la necesidad de buscar métodos alternativos al control de la vinchuca, ya que en el norte de la provincia de Salta (frontera con Bolivia) es un vector muy resistente a los insecticidas. Hay muchos problemas en la aplicación de estos últimos, particularmente en zonas de Salvador Massa, al noreste de la localidad de Aguaray. Los químicos tradicionales, los piretroides, que son un grupo de pesticidas artificiales desarrollados para controlar la plaga de insectos, se usan de manera recomendada para eliminar el vector, pero en la práctica no producen ningún tipo de efecto, por el contrario, se lograba exacerbar a las poblaciones de insectos. Entonces, se recurrió a dos alternativas: insecticidas como Carbamatos y Fosforados, que aparecieron en la década del ‘40 del siglo pasado. El uso de estos insecticidas trajo aparejado una serie de inconvenientes ya que no presentan selectividad, se acumulan en los tejidos grasos del hombre y de los animales y persisten en el medio ambiente. Si bien son efectivos para eliminar a la vinchuca, no estoy convencido de que sean inocuos para el ser humano.
Además, existen organismos internacionales que prohíben su uso y no se podrían aplicar dentro de la vivienda. Por esta razón se volcó a la investigación de los hongos endopatógenos, que son inocuos para la población humana”.
El investigador hizo referencia, además, al procedimiento de eliminación de la vinchuca: “En cuanto al proceso, se comienza por contar con personal muy bien entrenado para detectar las vinchucas en las viviendas; se aplica muy poca cantidad de este hongo a cada vinchuca y luego se coloca al hongo mezclado con vaselina en algún punto estratégico por donde circulan los insectos. Una vez infectados, éstos transmiten a otros. Luego de un tiempo, se procede a controlar la densidad de la población del insecto y lo que se observa es su disminución drástica. También, por testimonios de los habitantes de estas viviendas, se constata que luego de 12 días se observan muchas vinchucas muertas y que, en término de uno, dos y tres meses, la merma es notable. En algunos casos, su extinción llega a ser total”.
Es importante resaltar que desde hace 30 años el IPE investiga las infecciones producidas por los parásitos protozoarios Trypanosoma cruzi y Leishmania spp. En lo relacionado a T. cruzi, se llevan a cabo líneas de trabajo tendientes a la tipificación mediante diferentes técnicas moleculares de nuevos aislados obtenidos de zonas endémicas para la enfermedad de Chagas. En colaboración con médicos del hospital San Bernardo de Salta, se llevan a cabo estudios de casos y controles en pacientes cardiópatas y no cardiópatas.
Del mismo modo, se trabaja en la manipulación genética de Trypanosoma cruzi con el objeto de crear parásitos atenuados que puedan ser empleados como vacunas experimentales para la enfermedad de Chagas. Además, se están probando nuevas drogas antiparasitarias en modelos murinos, con infección crónica y aguda. En cuanto a la infección por Leishmania spp., en la actualidad, el Instituto es el único que realiza el diagnóstico para esta enfermedad en Salta Capital y, desde hace poco tiempo, se trata de implementar el diagnóstico molecular para esta patología. Se llevan a cabo alternativas terapéuticas para esta infección, que incluyen ensayos en modelos animales y ensayos clínicos en pacientes leishmaniásicos, como así también el estudio de la respuesta inmune producida por éstos.
Raul Martin Vargas
rvargas@unsa.edu.ar
Responsable de prensa de radio Universidad Nacional de Salta
Universidad Nacional de Salta
Fuente: http://infouniversidades.siu.edu.ar/
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