“Te presento a un amigo” es una obra del Médico Veterinario Hugo A. Funtanillas, destinada a todos aquellos que admiran o aman al caballo, pero que no conocen los aspectos básicos de este bello ser como animal, tanto en lo físico (necesidades y capacidades) como en lo psíquico o emocional. Muchas son las personas que aman al caballo, y en igual proporción que al perro, el otro gran amor del humano. En muchos ámbitos, se conforma una indiscutible trilogía que les da una impronta indisoluble.
La decisión de difundir conocimientos sobre cómo es este animal, es una humilde forma de “homenajearlo” por lo cual, esos conocimientos, comprenden aspectos varios sobre cómo se comporta, qué siente, cuáles son sus necesidades orgánicas, etc., ya que resulta tan admirado y amado, como desconocido en su condición de animal. El objetivo apunta a un mejor conocimiento para una mejor relación.
El autor pone a disposición mucha información sencilla y accesible pero no menos importante. Esto incluye su historia en cuanto a aparición en el mundo, las modificaciones corporales experimentadas a través de su evolución, su lugar de origen y difusión en el mundo, domesticación y doma, y el innegable papel cumplido en el desarrollo de culturas y civilizaciones de la antigüedad, incluida la difusión continental de las lenguas. El caballo, a través de la Historia, solo nos ha servido y aún nos sirve de diversas maneras, mientras que los humanos, solo le hemos dado alimento y no siempre los cuidados merecidos, lo que evidencia que nunca existió la simbiosis a la que suelen aludir algunas personas.
Resulta tan particular su forma de ser, que no son pocos los casos de personas que, compartiendo años con el caballo, descubren algunas facetas de su personalidad que las reconocen como “propias”; de ahí que a nadie asombrará que alguien diga: “Me siento identificado con el caballo”,o“Soy mitad caballo, mitad hombre”;pero esto solo se logra cuando se sabe cómo es el caballo y se interactúa con él de manera regular.
Por otro lado, la obra expone rasgos de la inteligencia equina, comportamientos, aprendizaje, emociones, conciencia, expresiones de su cuerpo, etc., pero, sobre todo, su alta sensibilidad que le permite tener una conexión especial con el humano, quien, en la mayoría de los casos, no sabe que esto es así.
El caballo tiene emociones, y las manifiesta a través del comportamiento, pero es su alta sensibilidad, la que le permite tener una conexión especial con el humano, y en esa conexión especial, la confianza que se le brinde es el elemento fundamental de la relación. Y esto vale para el hombre de campo, para un jinete profesional, el médico veterinario, herradores, cuidadores, equinoterapeutas, y cualquier otra disciplina que incluya a los dos.
Conocer sus emociones ayudará comprenderlo y desde la comprensión, darle una vida agradable. Por lo tanto, dado que compartimos las mismas emociones básicas, no es difícil imaginar cómo impacta emocionalmente en ellos el trato que le demos ya sea activando circuitos positivos o negativos.
Algo similar ocurre con los conocimientos sobre su funcionalidad física, necesidades y cuidados. Quienes están más cerca (aun durante muchos años y de distintas maneras), conocen algunas cosas, pero solo algunas, ya que no suele conocerse cómo oye, cómo ve, cómo come, cómo o cuánto bebe, cuánto alimento necesita, cómo respira, cuánto duerme, etc. O aspectos sobre la conformación física, como dirección y función de sus miembros, centro de gravedad, formas de desplazarse, y con todo ello, algo de suma importancia como son sus pies, señalando las estructuras componentes, su función y el papel que cumple el buen herrado.
También son contemplados los aspectos reproductivos, señalando rasgos de las hembras, como ovulación, celo, gestación, parto, el vínculo madre-hijo y otros relacionados con el potrillo en sí mismo.
Además, en temas vinculados con los pelajes y la determinación de la edad por los dientes, se pone énfasis en aquellos puntos que suelen ser desconocidos o que motivan confusión de denominaciones o que resultan de afirmaciones sin fundamento.
Este trabajo entonces apunta a que lo empírico o inexistente, deje de ser tal, para que el conocimiento que se tiene sobre el caballo sea incorporado, acrecentado y consolidado desde lo científico, académico y didáctico.
Finalmente, en un capítulo de misceláneas, se expone información sobre los híbridos, el caballo en el arte y la fraseología popular, creencias y mitos populares, caballos que dieron gloria al hipismo argentino, entre otros ítems.
En síntesis, como apreciará el lector, son muchos los aspectos a conocer del caballo, pero el objetivo inicial estaría cumplido al contemplar y exponer cómo es, cómo funciona, cuáles son sus necesidades físicas y afectivas, sus preferencias, pero sobre todo los rasgos de “personalidad”, que son los que deben conocerse más y mejor, para que la relación con los humanos sea más sólida, resulte espiritualmente placentera para ambos y que en él genere una entrega total como lo ha hecho a través de su historia, pero con confianza absoluta. Debe ver al humano como alguien que no le hará daño, alguien en quien puede confiar y cuando eso lo logra, la entrega es total.
Los sentimientos de afecto, simpatía y confianza justifican desde lo humano considerarlo un amigo, de allí que el autor, quiera presentarlo como tal.
Acerca del autor:
Hugo A. Funtanillas. Médico Veterinario. Egresado de la FCV de UNICEN (Tandil), en 1976; exdocente de esa facultad, en las áreas de Semiología, Patología Quirúrgica, Clínica de grandes animales y Producción equina. Ejercicio de la Clínica médica del equino, con dedicación simultánea a la Podología equina. Autor del libro Elementos de podología equina y herrado correctivo (2004 y 2008). Autor del libro El pie de los equinos y mulares (2021). Dictado de cursos y charlas sobre Podología equina, en Universidades de Argentina y del exterior. Teniente coronel (R) del Servicio de veterinaria del Ejército Argentino. E-mail: hugofunta52@gmail.com
*Para adquirir el libro comunicarse con el autor, a hugofunta52@gmail.com
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