Reviví el webinar sobre Gestión eficaz en entornos complejos

El pasado 19 de octubre se realizó el webinar Gestión eficaz en entornos complejos organizado por Albor, junto a su partner, Di Giácomo Estudio Contable, a cargo del Dr. Alejandro Marchesán, consultor con amplia experiencia en diseño organizacional y gestión estratégica e integral de proyectos complejos y de cambio.

El líder de época, contexto, gestión eficaz y toma de decisiones

*Para volver a ver la charla, ingresar a: https://www.youtube.com/watch?si=3MOTxYjAZvEBPlvf&v=rcCJA7bPHPE&feature=youtu.be

Si a veces nuestra gestión se cae es porque no sólo estamos rodeados de complejidad, sino por la cultura y el contexto en que vivimos que, claramente, no son las mismas de hace 40 años”, dijo el Dr. Alejandro Marchesán, en el webinar organizado recientemente por Albor, denominado “Gestión eficaz en entornos complejos”.

“La complejidad es dinámica. Y una de sus principales variables, sino la más importante y en especial en los días que vivimos, es la incertidumbre. Por eso cuando estamos en un mundo organizacional, el líder de época necesita ver el contexto y cómo se conforma para ser eficaz en sus decisiones”.

Lo expresó Alejandro Marchesán, consultor con amplia experiencia en diseño organizacional y gestión estratégica e integral de proyectos complejos y de cambio, en el webinar realizado por Albor —junto a su partner Di Giácomo Estudio Contable— para dar soluciones a las dificultades que enfrentan los establecimientos agropecuarios.

“Llegar a la gestión eficaz en estos tiempos complejos no es sólo pretender seguir alcanzando los resultados en el medio de todos los problemas. Si hoy vemos la situación macro y microeconómica; el tipo de cambio y la posibilidad de exportar y de importar y cómo están los mercados y la demanda, entre otras alternativas, terminaremos diciendo que son complicadas o rebuscadas, difícil de trabajar; sin embargo, eso no define la complejidad, sino que son variables que hay que prestar atención”, añadió.

“Hemos hecho de la incertidumbre que es una variable principal y constante; un elemento absoluto. Y muchas veces, la falta de gestión eficaz, se debe a no saber cómo tratar con la incertidumbre y solo describirla”, explicó.

En un tramo de la exposición el disertante se preguntó: “¿Todo y siempre es incierto?”. Generalmente hacemos de una variable una cuestión absoluta. Y en el contexto de una gestión eficaz cada individuo, en su rol, empieza ya no sólo a navegar los grandes mares de complejidad dentro de los cuales está la incertidumbre y se constituye en algo que no es ya principal y constante, sino absoluto, y todo es incierto; entonces, todo es relativo todo el tiempo. Si es incierto, es relativo. Y si todo es relativo todo el tiempo, tenemos un absoluto. “Ahora, si la incertidumbre es absoluta y todo es relativo, ya dejó de ser incierto y se constituye en una certeza, lo cual, filosóficamente, se llama contradicción sin resolución”, explicó.

En este sentido, el Dr. Marchesán citó al filósofo y sociólogo francés Edgar Morin (1921—) para aportar una reflexión que consideró esperanzadora: “Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas”. Y luego acotó: “Como no todo es incierto, hay cosas que son ciertas e innegociables para cada uno de nosotros. Es decir, no hay que dejar de buscar esas islas de certezas para hacer pie y volver a tener energía para seguir navegando”.

En otra parte de su presentación indicó que, actualmente, tenemos una cercanía con la complejidad desde una alta suposición. “Cuando estamos alejados del conocimiento, los seres humanos nos empezamos a acercar por dos caminos: por el aprendizaje y por la inferencia y la suposición, por lo que debería ser sin atravesar el proceso de aprendizaje. Hoy llegó el momento de hacer un acercamiento responsable basado en el aprendizaje, en el entrenamiento y el trabajo con los líderes y con el sistema social de las organizaciones”.

¿Qué es la complejidad? Se trata de un tejido de múltiples variables. Es una construcción multidimensional que requiere del gestor de hoy, en la búsqueda de la eficacia, una manera de pensar la gestión de la misma forma.

El Dr. Marchesán sostuvo que todo tejido, o entramado complejo, presenta tres características principales. “Cuando hablamos de complejidad aludimos a múltiples variables en un determinado contexto, que desarrolla culturas y tiene un funcionamiento sistémico”, dijo.

Respecto del tema puntual del webinar —denominado Gestión eficaz en entornos complejos— señaló que cuando más compleja es la situación donde se está gestionando, más tiende a caer la tasa de eficacia de gestión que se realiza. “Esto puede ser que suceda, especialmente, cuando seguimos haciendo gestión sin los saltos necesarios en la reflexión, en el pensamiento y en la búsqueda de comprensión de este fenómeno llamado complejidad”, sostuvo.

“Cuando hablamos de gestión hay una idea básica que tiene que ver con hacer que las cosas pasen. Así, una buena gestión es cuando aquellas cosas que me propongo, en términos de objetivos, son validadas por los resultados que ocurren. El tema es cuando hablamos de noción de eficacia ya que, generalmente, se solapa la idea de eficacia con la noción de eficiencia”, añadió.

El Dr. Marchesán definió a la eficacia como una combinación de movimientos de búsqueda de efectividad y de eficiencia, aunque aclaró: “No es lo mismo la efectividad que la eficiencia, y ninguna de ellas en forma independiente supone la otra. En otras palabras, que seamos efectivos no quiere decir que seamos eficientes, y viceversa. La efectividad es la idea de la relación entre resultados y objetivos y se refiere a la relación entre los resultados que obtengo en base a los objetivos que propuse en una visión de management”.

También citó a la eficiencia respecto de la noción de costos en una concepción económica. “Es decir, qué costo tengo para alcanzar esos resultados. Incluso, puede pasar que haya alcanzado los resultados, pero en un costo que no era conveniente para la operación”.

En cuanto a otros costos, que pueden ser invisibles para la época que estamos viviendo y que un líder de una organización no debe soslayar, se refirió a los emocionales, culturales y relacionales.

“La escuela de negocios del siglo XX no tenía en cuenta ciertos aspectos como las relaciones humanas, la comunicación y el trabajo en equipo. En esta época, los líderes son conscientes de que si no empiezan a reposicionarse con esa mirada se le escaparán los costos y se perderá la eficiencia”, aseveró.

Otras variables de la complejidad son las emergencias y las urgencias, aunque las distinguió: toda urgencia es una emergencia, pero no toda emergencia es una urgencia. “En la urgencia se mide la gravedad. Es muy importante que los líderes y gestores de esta época separen emergencias de urgencias, así como todo lo que es importante de lo urgente. Esta distinción para una gestión eficaz en entornos complejos es muy importante”, sugirió.

Del mismo modo, existe una triple dimensión en el cambio de la complejidad: crisis, cuando hay cambio de variables en el mismo contexto; caos, cuando se modifica el contexto y catástrofe, que es cuando desaparece el contexto. Si vemos lo que sucede actualmente en Medio Oriente, podemos apreciar claramente cómo se da la triple dimensión del cambio”, añadió.

Asimismo, el disertante distinguió entre peligro y riesgo. “Los peligros se observan y se definen como tales, pero los riesgos son diferentes, ya que están relacionados con el peligro y es lo que se puede gestionar. Por eso se habla de gestión del riesgo y no de gestión del peligro. Si hacemos una gestión adecuada del riesgo, podemos transformar lo que es peligro en un impacto totalmente sostenible”, aseveró.

Al cierre, el Dr. Marchesán consideró trascendente, a esta altura, la adopción de un modelo para la toma de decisiones. Sobre el tema, aludió a cinco factores importantes.

“Primero hay que revisar la calidad y la importancia de la decisión. Esto es: ¿Cuál es la argumentación? ¿Cuál es su construcción de sentido?”, señaló.

Por otro lado no sólo importa la calidad, sino cuándo se toma la decisión; es decir, la temporalidad. Puede ser una decisión de alta calidad, pero tarde, o muy temprano. La tendencia, esto es, el desplazamiento, también es relevante. Se tomó la decisión, pero ¿hacia dónde va el sistema?”, comentó.

“Aquí importa mucho la aplicabilidad. ¿Es viable la decisión que estoy tomando? ¿Puedo aplicarla? Es decir, ¿se puede? Y, finalmente, algo nuevo: la conceptualidad. Esto es, qué pasa si no tomase la decisión; es decir, la indecisión de la decisión y cuáles son las consecuencias. Siempre es importante tener en cuenta este punto”, concluyó el Dr. Marchesán.

Fuente: Paula Vázquez

 

 

 

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