Cerrando el Ciclo: Biodigestores en la Economía Circular

Para un país con una destacada producción de alimentos como Argentina, la implementación de un ciclo completo sostenible implica necesariamente abordar el tratamiento de los residuos orgánicos generados por las actividades productivas.

Es imperativo asegurar que las prácticas agropecuarias no impacten negativamente en el medio ambiente, garantizando que la gestión de los residuos recuperados no represente riesgos para la salud ni para el entorno. En este contexto, se busca aprovechar estos residuos como fuente de energía renovable.

Las diversas producciones agropecuarias con que cuenta nuestro país constituyen un potencial significativo para la generación de biogás a partir de biomasa residual, especialmente en regiones donde se generan efluentes de diversas actividades pecuarias intensivas. La gestión eficiente del estiércol se presenta como una oportunidad de negocio en los sistemas productivos.

Los biodigestores, equipos donde se llevan a cabo procesos biológicos de descomposición de materia orgánica en ausencia de oxígeno, permiten obtener biogás y digestato (fertilizantes orgánicos). Estos residuos no solo pueden ser aprovechados como insumos, sino que también contribuyen a la preservación del medio ambiente.

La tecnología de digestión anaeróbica posibilita la transformación de los residuos en energía y en un efluente llamado digerido, rico en nutrientes y elementos esenciales con un alto potencial como biofertilizante. En el sector agrícola-ganadero, la adopción de la tecnología de digestión anaeróbica se alinea con el concepto de economía circular al convertir residuos en recursos y productos reintegrables al sistema productivo.

Los biodigestores se presentan como una solución integral para dos desafíos actuales:

-La generación de biogás para calefacción, sistemas de enfriamiento o grupos electrógenos, contribuyendo a la independencia energética.

-La producción de fertilizantes orgánicos de alta calidad, sólidos y líquidos, aplicables en diversas áreas como plantaciones, forrajes verdes hidropónicos, invernaderos y espirulina. En este contexto, el estiércol deja de ser un desecho para convertirse en un valioso fertilizante orgánico.

Beneficios de la implementación de un biodigestor:

-Tratamiento efectivo de los residuos orgánicos.

-Producción de biogás para cubrir las necesidades de energía eléctrica, logrando independencia energética.

- Obtención de fertilizantes orgánicos líquidos y sólidos para consumo propio o venta.

- Disponibilidad de agua rica en nutrientes para su uso en fertirrigación, producción de espirulina o en hidropónicos invernaderos.

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TAGS: Biodigestor. Economía circular. Bioeconomía. Producción agropecuaria

 

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