En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, es fundamental destacar el impacto que el bienestar mental tiene en todas las profesiones, y en particular en la veterinaria, donde se ha demostrado que las tasas de estrés, agotamiento y suicidio son significativamente más altas en comparación con otras. TAGS: Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Salud mental. Salud. Salud profesional. Salud veterinarios. Veterinaria
Nuestra profesión, que con frecuencia se asocia con el amor por los animales y la vocación de servicio, está marcada por las intensas demandas emocionales que se viven a diario.
Una de las claves para preservar la salud mental de los veterinarios radica en el establecimiento de límites claros, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Estos límites no solo son esenciales para nuestro bienestar, sino que también protegen la integridad de la profesión y la calidad del servicio que brindamos. Aprender a establecer límites con los clientes, administrar el tiempo de manera eficaz y equilibrar la empatía con la objetividad son habilidades que deben desarrollarse con el tiempo.
El trato diario con animales y sus tutores, particularmente en la clínica de pequeños animales, implica una gran carga emocional. A menudo, los veterinarios son testigos del sufrimiento, el dolor y la muerte, situaciones que, si no se manejan adecuadamente, pueden llevar al agotamiento físico y emocional. Además, las expectativas y demandas de los clientes, que a veces no comprenden los límites de la práctica veterinaria, pueden generar tensiones adicionales.
Para evitar el agotamiento y preservar la salud mental, es importante que los profesionales veterinarios aprendan a gestionar estas emociones y establezcan límites saludables en sus interacciones. No es sencillo equilibrar la empatía que sentimos hacia los animales y sus tutores con la necesidad de ser objetivos y tomar decisiones difíciles, pero es una parte esencial de la práctica veterinaria.
El bienestar mental de los veterinarios también depende de una adecuada gestión del tiempo. Aprender a delegar tareas, organizarse y encontrar momentos de descanso y desconexión es fundamental para evitar caer en un estado de agotamiento.
Contar con una “red de contención”, (colegas, amigos, familiares) puede ayudar a gestionar el estrés y las emociones difíciles que surgen en la práctica veterinaria. Simplemente compartir experiencias con otros en la misma situación puede aliviar la carga.
Crear un ambiente laboral que valore el respeto mutuo y la empatía puede marcar una gran diferencia en la salud mental de los veterinarios. El apoyo entre compañeros y la gestión adecuada de los conflictos pueden reducir el estrés y mejorar el ambiente de trabajo.
Si el estrés se torna abrumador o la carga emocional está afectando la calidad de vida, es importante saber que se puede recurrir a un psicólogo. La terapia, el asesoramiento o incluso grupos de apoyo específicos para veterinarios pueden ser de gran ayuda.
Analía Civetta
Médica Veterinaria
Psicóloga Social
Directora ejecutiva Vet comunicaciones
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