Se analizaron y compararon las mediciones radiográficas y las anomalías del parénquima pulmonar entre los distintos grupos de gatos. TAGS: Dirofilariosis felina. Dirofilaria. Gatos. Salud felina. Salud animal. Medicina veterinaria. Clínica veterinaria
Dirofilaria immitis es un parásito nematodo causante de la dirofilariosis. Tiene una distribución cosmopolita y se considera endémico en las Islas Canarias. Si bien los gatos pueden infectarse, son más resistentes a las infecciones con gusanos adultos de D. immitis en comparación con los perros. La fisiopatología de la dirofilariosis felina se diferencia básicamente en dos etapas; la primera etapa está asociada con la llegada de dirofilariosis inmaduros a la vasculatura pulmonar, y la segunda etapa está relacionada con la presencia y muerte de gusanos adultos.
La primera etapa ocurre aproximadamente 3-4 meses después de la infección, con la llegada de gusanos inmaduros a las arterias y arteriolas pulmonares y la posterior muerte de la mayoría de ellos, principalmente debido a la acción de los macrófagos alveolares intravasculares. Esta reacción causa signos clínicos debido a una respuesta inflamatoria vascular y parenquimatosa aguda. Estos signos son en su mayoría de naturaleza respiratoria y esta fase sintomática se conoce como enfermedad respiratoria asociada al gusano del corazón (HARD). Aquellas larvas que logran desarrollarse y alcanzar la edad adulta causan la segunda etapa de la enfermedad. En general, los gatos tienen una baja carga parasitaria y la longevidad de los gusanos es relativamente corta.
Dado el complicado diagnóstico de la dirofilariosis felina, se suele recomendar una combinación de técnicas serológicas y de imagen para detectar parásitos adultos. La dirofilariosis felina es una enfermedad dinámica, y se deben realizar y estudiar en conjunto todas las pruebas diagnósticas realizadas para determinar si el animal está efectivamente infectado por parásitos adultos o si existe un alto índice de sospecha de infección.
RADIOGRAFÍA TORÁCICA EN EL DIAGNÓSTICO DE DIROFILARIOSIS
Entre las técnicas diagnósticas disponibles, la radiografía torácica es ampliamente utilizada para evaluar el parénquima pulmonar y las estructuras vasculares en enfermedades cardiopulmonares felinas. En infecciones por D. immitis, se ha descrito un agrandamiento de las arterias pulmonares principales y periféricas, caracterizado por la pérdida de la forma cónica, tortuosidad y truncamiento de las ramas lobares caudales. Además, es común observar alteraciones parenquimatosas, con patrones broncointersticiales difusos o focales detectables en las radiografías. Sin embargo, estas lesiones no son patognomónicas y son similares a las lesiones encontradas en otras enfermedades, como infecciones por Toxocara cati o Aerostrongylus spp., asma o bronquitis alérgica. En la mayoría de los casos, estas alteraciones se acompañan de signos clínicos como tos o disnea, entre otros. En cualquier caso, el estudio radiológico, utilizado en combinación con la historia clínica, ha demostrado ser esencial para establecer un diagnóstico correcto.
En cuanto a estudios relacionados con HARD inducido por D. immitis inmaduro en gatos, se ha reportado que las lesiones histopatológicas se centraron principalmente en la arteria pulmonar principal y arteriolas; esto causó cambios broncointersticiales, como lesiones bronquiolares y obstrucción parcial de algunos bronquios primarios, hiperplasia e hipertrofia de la capa muscular e hipertrofia medial de las pequeñas arteriolas pulmonares, y enfermedad pulmonar intersticial. Además, los estudios informaron que estas alteraciones pueden resultar en endarteritis pulmonar, lo que indica que incluso la infección transitoria puede causar lesiones a largo plazo en gatos, que pueden detectarse con radiografía torácica.
Sin embargo, otros estudios informaron que las pequeñas distinciones observadas entre gatos infectados y sanos indicaban que el uso clínico de la radiología torácica era muy limitado o, en algunos casos, las radiografías torácicas no proporcionaban evidencia de infección en gatos con infecciones inmaduras. Por lo tanto, un trabajo realizado por Soraya Falcón Cordón, Yaiza Falcón Cordón, Sara Nieves García-Rodríguez, Noelia Costa Rodríguez, Daniel Julio Vera-Rodríguez, José Alberto Montoya Alonso y Elena Carretón, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se ha propuesto identificar anomalías radiográficas torácicas en gatos infectados con etapas inmaduras de D. immitis para determinar la utilidad de esta técnica diagnóstica en esta etapa de la infección.
TRES GRUPOS DE GATOS
En el estudio se incluyeron un total de 123 gatos rescatados y de propiedad de clientes. Estos gatos vivían en un área hiperendémica para D. immitis. Eran gatos que participaron en una campaña de detección de dirofilariosis felina para gatos mayores de 7 meses de edad que nunca recibieron quimioprofilaxis contra dirofilariosis. Se registraron la historia clínica y los datos de cada animal, incluida la edad, el sexo y la raza.
Los gatos fueron examinados más a fondo para detectar la presencia o ausencia de signos clínicos relacionados con la dirofilariosis felina, como tos, disnea, taquipnea, aumento del esfuerzo respiratorio, vómitos, soplo cardíaco sistólico, anorexia y pérdida de peso, ascitis, síncope o signos neurológicos.
Se clasificaron en tres grupos: gatos asintomáticos seronegativos a anticuerpos anti- D.-immitis (Grupo A), gatos asintomáticos seropositivos (Grupo B) y gatos seropositivos con signos clínicos que tenían un alto riesgo de enfermedad respiratoria asociada a dirofilariosis (Grupo C).
Se analizaron y compararon las mediciones radiográficas y las anomalías del parénquima pulmonar entre los grupos. Se observaron diferencias significativas en varios parámetros, incluidas las proporciones CrPA/R4 (arteria pulmonar craneal derecha pasando por la cuarta costilla en la relación de proyección laterolateral) y CdPA/R9 (relación de la arteria pulmonar caudal derecha a la novena costilla en la proyección dorsoventral), entre gatos sanos y seropositivos, lo que sugiere un daño arterial temprano incluso en ausencia de gusanos adultos.
Otros parámetros que mostraron diferencias entre gatos sanos e infectados fueron las proporciones CVC/Ao (relación de la vena cava caudal y el diámetro de la aorta descendente en la proyección laterolateral) y CVC/R4 (vena cava caudal expresada como una relación del diámetro de la cuarta costilla en la proyección laterolateral), pero no el índice vertebral cardíaco.
Asimismo, en los gatos con HARD del grupo C, se observan cambios en los bronquios, bronquiolos y alvéolos. “En este estudio, los patrones pulmonares observados fueron más severos en pacientes felinos con signos clínicos, ya que también se observaron anomalías del parénquima pulmonar en pacientes asintomáticos”, comentaron. Los gatos con signos clínicos mostraron patrones broncointersticiales predominantemente marcados, mientras que los gatos asintomáticos mostraron formas más leves. “Esto es consistente con la fisiopatología de la dirofilariosis felina y la patogénesis de HARD, que es causada por la muerte de gusanos inmaduros al llegar a los pulmones”, indican.
ANOMALÍAS VASCULARES Y PARENQUIMATOSAS
Los cambios radiográficos observados en los gatos de este estudio “indicaron la presencia de anomalías vasculares y parenquimatosas en aquellos probablemente infectados por parásitos inmaduros de D. immitis”. Esto fue particularmente evidente en gatos que exhibieron signos clínicos compatibles con HARD, lo que sugiere un daño vascular temprano causado por este parásito. Dados los desafíos en el diagnóstico de infecciones por gusanos inmaduros de D. immitis en gatos, “el examen de estas mediciones radiográficas podría servir como una herramienta de diagnóstico valiosa para los médicos veterinarios cuando se sospecha fuertemente de HARD”.
Es decir, “los resultados del presente estudio respaldan la sospecha diagnóstica de HARD en gatos con signos clínicos compatibles y hallazgos radiográficos; sin embargo, la infección por dirofilariosis no debe descartarse por completo en gatos que muestran radiografías torácicas normales”.
Por último, han concluido que “el estudio demostró que la radiografía torácica puede detectar cambios vasculares y parenquimatosos tempranos en infecciones felinas por D. immitis, lo que proporciona información valiosa para el diagnóstico de la dirofilariosis felina”. Sin embargo, también destaca las limitaciones de las técnicas radiográficas, ya que algunos gatos seropositivos no mostraron anomalías significativas. Los hallazgos “subrayan la importancia de combinar la radiografía con evaluaciones clínicas y serológicas para un diagnóstico más preciso de la dirofilariosis felina”.
Fuente: https://www.diarioveterinario.com/
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