Valeria Falabella de Wildlife Conservation Society Argentina señaló que la epidemia revirtió décadas de esfuerzos de conservación de la especie y que la mayoría de los machos adultos y muchas de las hembras más experimentadas y fértiles no han regresado. TAGS: Gripe aviar. Elefantes marinos. Salud animal. Conservación de especies. Argentina
Los ladridos de los elefantes marinos vuelven a escucharse en el aire en las zonas de reproducción de la península Valdés, Argentina, pero ahora más tranquilos. Casi exactamente un año después de que un brote masivo de influenza aviar altamente patógena H5N1 matara a más de 17.000 elefantes marinos, incluido aproximadamente el 97 % de sus crías, los científicos estiman que solo alrededor de un tercio de los elefantes marinos que normalmente se esperan aquí regresaron.
"Es hermoso caminar por las playas ahora y escuchar a los elefantes marinos nuevamente", compartió Marcela Uhart, directora del Programa de América Latina en el Centro de Salud de Vida Silvestre Karen C. Drayer de la UC Davis, dentro de la Facultad de Medicina Veterinaria. "Al mismo tiempo, estamos caminando entre montones de cadáveres y huesos, y vemos muy pocos harenes de elefantes marinos, por lo que sigue siendo inquietante".
Un estudio codirigido por UC Davis y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina proporciona evidencia de transmisión de mamífero a mamífero durante el brote de 2023.
Se comprobó que el H5N1 se propagaba con eficacia entre los mamíferos marinos. El brote en los elefantes marinos fue un paso más en la primera propagación transnacional del virus en estas especies, que se extendió por cinco países del sur de Sudamérica.
El análisis genómico del estudio descubrió además que, al entrar en América del Sur, el virus evolucionó hacia clados separados de aves y mamíferos marinos, algo sin precedentes.
"Estamos mostrando la evolución de los virus H5N1 que pertenecen al genotipo B3.2 a lo largo del tiempo desde su introducción en América del Sur a fines de 2022", explicó la viróloga y coautora principal Agustina Rimondi del INTA y actualmente también del Instituto Robert Koch.
"Este virus es capaz de adaptarse a las especies de mamíferos marinos, como podemos ver a partir de las mutaciones que se encuentran de manera constante en los virus que pertenecen a este clado. Muy importante aún, nuestro estudio también muestra que los virus H5 de mamíferos marinos son capaces de volver a las aves, lo que resalta la necesidad de una mayor vigilancia y cooperación en materia de investigación en la región".
CENSO DE ELEFANTES MARINOS
La Wildlife Conservation Society en Argentina (WCS Argentina) estimó la población de elefantes marinos que regresan como parte de un proyecto de monitoreo que duró décadas.
"Nos quedamos totalmente consternados por el dramático impacto de la epidemia de influenza aviar en esta población", comentó la coautora Valeria Falabella, directora de conservación costera y marina de WCS Argentina. "Es probable que más de la mitad de la población reproductiva haya muerto debido al virus. Pasarán décadas antes de que las cifras vuelvan a ser las de 2022".
Falabella señaló que la epidemia revirtió décadas de esfuerzos de conservación de la especie y agregó que la mayoría de los machos adultos y muchas de las hembras más experimentadas y fértiles no han regresado.
El seguimiento y control del virus entre los elefantes marinos es un esfuerzo colaborativo. Mientras WCS Argentina lleva a cabo su censo, Uhart y sus colegas de la UC Davis documentan y toman muestras de todos los animales que mueren por síntomas de H5N1, y Rimondi y sus colegas los analizan y secuencian en el Instituto de Virología del INTA.
Hasta el momento, ningún elefante marino ha dado positivo en la prueba de detección de la enfermedad durante esta temporada de cría. Sin embargo, quedan preguntas pendientes sobre el brote del año pasado. Por ejemplo, los científicos no saben si el virus se transmitió por aerosol, saliva, heces u otros medios, o si los animales supervivientes han desarrollado resistencia mediante anticuerpos protectores. Estas preguntas siguen siendo muy pertinentes.
Durante el último año, el virus se ha extendido entre las aves silvestres y ha provocado brotes en las aves de corral y en las vacas lecheras de Estados Unidos, con casos recientes registrados entre trabajadores de las industrias lechera y avícola. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó el primer caso de H5N1 en cerdos en Estados Unidos el 30 de octubre. No se conoce ningún contagio de persona a persona del virus H5N1.
EL VIAJE DE UN VIRUS
La variante actual del clado H5N1 2.3.4.4b comenzó a causar problemas a escala mundial en 2020. Mientras los humanos enfrentaban la pandemia de COVID-19, el H5N1 comenzó a matar a decenas de miles de aves marinas en Europa antes de trasladarse a Sudáfrica. En 2021, entró en Estados Unidos y Canadá, amenazando a las aves de corral y las aves silvestres, y se extendió a América del Sur a fines de 2022.
En febrero de 2023 se detectó por primera vez en Argentina la influenza aviar altamente patógena, que afectó a las aves de corral principalmente del interior central del país durante cinco meses.
Más adelante, agosto de 2023, después de dos meses sin brotes en aves de corral, el virus apareció en leones marinos en el extremo sur de América, frente a la costa atlántica de la isla de Tierra del Fuego. Desde allí, se desplazó rápidamente hacia el norte, con resultados mortales, primero para los mamíferos marinos y luego para las aves marinas.
En octubre de 2023, tras los brotes en leones marinos, los autores del estudio inspeccionaron la colonia de cría de elefantes marinos de Punta Delgada, a lo largo de la costa de la península Valdés, y registraron una mortalidad masiva sin precedentes. Los resultados de las pruebas confirmaron que el virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAI, por sus siglas en inglés) H5N1 estaba presente en las focas, así como en varios charranes que murieron al mismo tiempo.
Los autores afirmaron que es de vital importancia continuar con el seguimiento y la investigación para comprender mejor la evolución del virus. Su mayor flexibilidad para adaptarse a nuevos huéspedes podría tener consecuencias globales para la salud humana, la conservación de la vida silvestre y los ecosistemas.
Fuente: https://www.diarioveterinario.com/
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