Nuevo enfoque sobre el tratamiento del paladar hendido en perros

Un estudio ha propuesto que el tratamiento conservador parece ser una opción viable para el tratamiento del paladar hendido en algunos perros. TAGS: Paladar hendido. Caninos. Medicina veterinaria. Clínica veterinaria

El paladar hendido (PC) es un defecto craneofacial que se caracteriza por una comunicación anormal entre las cavidades oral y nasal. Puede ser congénito o adquirido y afectar el paladar duro y/o blando. Los PC congénitos son el resultado del cierre incompleto del paladar primario y/o secundario durante el desarrollo fetal, entre los días 25 y 28 en los perros. 

Los signos clínicos del paladar hendido incluyen la incapacidad de crear presión negativa durante la lactancia, un aumento de peso deficiente, tos, arcadas, estornudos, reflujo nasal y neumonía por aspiración.

Se ha sugerido que las hendiduras más grandes y caudales se asocian con signos clínicos más graves. La reparación quirúrgica definitiva es el tratamiento recomendado, aunque no se ha establecido bien el momento óptimo de la reparación. Se desaconseja la cirugía antes de los dos meses de edad debido a la friabilidad del tejido y al potencial desarrollo alterado del hocico por una lesión en el suministro de sangre maxilar. La intervención después de los cinco meses puede ser más difícil debido a informes anecdóticos de hendiduras que se ensanchan a medida que el animal crece, pero algunos la defienden a causa de la mayor resistencia a la tracción del tejido.

Si bien se ha recomendado la cirugía como la única opción de tratamiento permanente para la reparación de la fisura, a menudo falla parcialmente y requiere múltiples procedimientos de revisión. Se ha sugerido la eutanasia humanitaria si no se puede realizar la intervención debido al pronóstico percibido como reservado. Sin embargo, no ha habido ningún estudio que examine los resultados asociados con el tratamiento médico del PC

Tratamiento conservador del paladar hendido en perros 

En consecuencia, un trabajo reciente realizado en los Estados Unidos de América (EE.UU.) ha evaluado retrospectivamente los resultados del PC en perros tratados sin cirugía, y ha identificado cualquier asociación entre el tamaño de la hendidura y la prevalencia de signos clínicos y calidad de vida. Se planteó la hipótesis de que los pacientes tratados sin cirugía con paladar hendido tendrían puntuaciones de calidad de vida aceptables, definidas como comparables o mejores que las de la población de control, y que la cantidad de signos clínicos sería menor y la calidad de vida sería mejor en perros con hendiduras más anchas debido a un alojamiento potencialmente menor de material en la hendidura.

Se identificaron retrospectivamente 65 perros tratados de forma conservadora por paladar hendido desde enero de 2006 hasta diciembre de 2023. Se registraron la dieta, la actividad, el historial médico y la calidad de vida de los perros que sobrevivieron a la transición a la alimentación sólida. Los resultados se compararon con los de 24 perros de control. Se realizaron mediciones del área de la hendidura, el ancho y el porcentaje del paladar duro ocupado por la hendidura mediante el uso de fotografías calibradas. Las hendiduras se dividieron en tres tipos: anchas en toda su extensión, anchas rostralmente y hendiduras en toda su extensión.

Manejo alimentario

Los autores analizaron los distintos hábitos de los propietarios de los animales afectados en relación con sus perros. Por ejemplo, la mayoría de los propietarios (63 de 65) alimentaron con comida seca, mientras que siete propietarios alimentaron con "otros". Del mismo modo, 51 de 65 fueron alimentados con un recipiente de comida elevado, mientras que 10 fueron alimentados a nivel del suelo. Respecto al ejercicio, 61 de los 65 propietarios no creían que la condición de su perro afectara los niveles de actividad, y el tipo de ejercicio más común era jugar en el jardín.

El estornudo fue el signo clínico más frecuente (43 de 65 durante el último mes, 34 de 65 cuando más afectados estaban). Hubo una mayor frecuencia de alojamiento de material en las hendiduras amplias. Cuando el material estaba alojado en la hendidura, los métodos para eliminarlo incluyeron: que el perro lo limpiara por sí mismo, limpieza con una jeringa, limpieza con un cepillo de dientes o un hisopo, o una visita al veterinario. En total, se requirió la eliminación de material por parte del veterinario en 10 de 68 episodios

Durante el periodo de estudio, el 8,2 % presentaron signos compatibles con neumonía según las respuestas de los veterinarios. De estos perros, tres fueron diagnosticados mediante radiografías y el perro restante respondió a los antibióticos, pero no se realizaron radiografías. Cada can tuvo un episodio sospechoso de neumonía por aspiración, con signos clínicos que se resolvieron con antibióticos orales.

Calidad de vida perfecta en perros con paladar hendido

Asimismo, los autores descubrieron que no hubo correlación entre el tamaño de la hendidura y la prevalencia de signos clínicos o calidad de vida. En cuanto a dicha calidad de vida, depende el tipo de escala utilizada, entre el 63 y el 83 % obtuvieron una puntuación perfecta. 

En la encuesta a los dueños, 64 de 65 propietarios de perros con paladar hendido adoptarían otro ejemplar con el mismo problema. Las razones incluían que el perro tenía una buena calidad de vida, era muy sociable y merecía una oportunidad en la vida, y que la experiencia era gratificante.

“Hasta donde sabemos, este estudio fue el primer intento en evaluar los resultados con el manejo conservador del paladar hendido en perros”. Históricamente, se ha recomendado la eutanasia humanitaria si no se podía realizar la reparación quirúrgica debido a un pronóstico reservado percibido sin cirugía. Así, explican que “aunque la mortalidad neonatal fue alta (41,6 %), nuestros hallazgos revelaron puntajes de calidad de vida comparables en una población de perros con PC manejados de manera conservadora que sobrevivieron las primeras seis semanas de vida, en comparación con una población de control sin hendiduras, lo que nos llevó a aceptar nuestra primera hipótesis”.

Ante estos resultados, concluyen que “nuestro estudio reveló una calidad de vida aceptable para los perros tratados de manera conservadora por su paladar hendido”. Se realizaron cambios mínimos en el estilo de vida del paciente y la mayoría de los propietarios adoptarían otra mascota con la misma condición en el futuro. También indican que “no pareció haber correlación entre el tamaño de la fisura y la prevalencia de signos clínicos o la calidad de vida”. No obstante, instan a una mayor investigación prospectiva de los factores de riesgo de morbilidad/mortalidad y la evaluación de los cambios en el tamaño de la fisura a lo largo del tiempo, y la correlación entre la afectación del paladar y el tamaño de la fisura.

Fuente: https://www.diarioveterinario.com/

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