Revelan el mecanismo que utilizan las bacterias para manipular las defensas de las garrapatas

Los hallazgos podrían servir como punto de partida para el desarrollo de métodos que eliminen la bacteria en las garrapatas antes de que se transmita a los humanos y otros animales. TAGS: Salud Pública. Zoonosis. Investigación Veterinaria. Garrapatas. Enfermedades Transmitidas por Vectores. Bacterias patógenas. Prevención de enfermedades

Investigadores de la Universidad Estatal de Washington han descubierto cómo las bacterias que causan la anaplasmosis y la enfermedad de Lyme “secuestran” los procesos celulares de las garrapatas para asegurar su supervivencia y propagarse a nuevos huéspedes, incluidos los humanos.

Con sede en la Facultad de Medicina Veterinaria, el equipo descubrió que la bacteria puede manipular una proteína conocida como ATF6, que ayuda a las células a detectar y responder a la infección, para favorecer su propio crecimiento y supervivencia dentro de la garrapata.

Los hallazgos podrían servir como punto de partida para el desarrollo de métodos que eliminen la bacteria en las garrapatas antes de que se transmita a los humanos y otros animales.

“La mayoría de las investigaciones se han centrado en cómo estas bacterias interactúan con humanos y animales, y no en cómo sobreviven y se propagan en las garrapatas”, afirma Kaylee Vosbigian, estudiante de doctorado y autora principal del estudio. “Nuestros hallazgos podrían abrir la puerta a la lucha contra estos patógenos en las garrapatas, incluso antes de que representen una amenaza para las personas”, confía.

Vosbigian y su compañera, Dana Shaw, autora correspondiente del estudio y profesora asociada del Departamento de Microbiología y Patología Veterinaria, centraron su investigación en la Ixodes scapularis, responsable de la propagación de Anaplasma phagocytophilum Borrelia burgdorferi, agentes causantes de la anaplasmosis y la enfermedad de Lyme. Ambas enfermedades son cada vez más comunes y pueden causar enfermedades graves en humanos y animales.

El equipo descubrió que cuando ATF6 se activa en las células de las garrapatas, desencadena la producción de estomatina, una proteína que ayuda a movilizar el colesterol a través de las células como parte de un proceso celular normal.

Las bacterias aprovechan este proceso contra sus huéspedes, utilizando el colesterol —que necesitan para crecer y construir sus propias membranas celulares, pero que no pueden producir por sí mismas— para asegurar su supervivencia y éxito.

“La estomatina desempeña diversas funciones en la célula, pero una de sus funciones clave es ayudar a transportar el colesterol a diferentes zonas”, explica Vosbigian, quien señala que “las bacterias se aprovechan de esto, robando el colesterol que necesitan para sobrevivir”. 

EL COLESTEROL DE LAS GARRAPATAS Y SU PAPEL EN EL CRECIMIENTO BACTERIANO

Al bloquear la producción de estomatina, restringiendo la disponibilidad de colesterol, los investigadores redujeron significativamente el crecimiento bacteriano. Los científicos creen que esto demuestra que la focalización de la vía ATF6-estomatina podría conducir a nuevos métodos para interrumpir el ciclo de la enfermedad en las garrapatas antes de que se produzca la transmisión.

Como parte del estudio, Vosbigian también desarrolló una nueva herramienta de investigación llamada ArthroQuest, una plataforma web gratuita alojada por WSU que permite a los científicos buscar en los genomas de garrapatas, mosquitos, piojos, moscas de arena, ácaros, pulgas y otros vectores artrópodos sitios de unión de factores de transcripción (interruptores genéticos como ATF6 que controlan la actividad genética).

No existen muchas herramientas para estudiar la regulación genética en artrópodos”, apunta Vosbigian, quien indica que la mayoría están diseñadas para humanos o especies modelo como las moscas de la fruta, que son genéticamente muy diferentes de las garrapatas.

Utilizando ArthroQuest, el equipo descubrió que el control de la estomatina regulado por ATF6 parece ser prevalente en los artrópodos hematófagos. Dado que el secuestro del colesterol y otros lípidos es común entre los patógenos transmitidos por artrópodos, los investigadores sospechan que muchos también podrían explotar ATF6.

“Sabemos que muchos otros patógenos transmitidos por vectores, como Borrelia burgdorferi y el parásito causante de la malaria, Plasmodium, dependen del colesterol y otros lípidos de sus hospedadores", añade Shaw. “Por lo tanto, la existencia de esta vía ATF6-estomatina en otros artrópodos podría ser relevante para una amplia gama de enfermedades”, concluye.

Fuente: www.animalshealth.es

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