El impacto del trauma en cachorros y su relación con la agresividad adulta

Un nuevo estudio ha explorado el vínculo entre las experiencias tempranas de la vida y el comportamiento adulto en los perros. TAGS: Conducta canina. Bienestar animal. Etología. Agresividad canina. Comportamiento animal. Veterinaria. Educación canina

Según un nuevo estudio de 211 razas de perros publicado en la revista Scientific Reports, las experiencias adversas como el abuso o el abandono durante los primeros seis meses de vida de un perro significan que es más probable que sean temerosos y agresivos cuando sean adultos.

Para explorar este vínculo entre las experiencias tempranas de la vida y el comportamiento adulto, los científicos realizaron una encuesta a gran escala a 4.497 titulares de perros.

Cada propietario completó un cuestionario detallado sobre su compañero canino, incluyendo su historia de vida completa, raza y entorno de vida actual. También se les preguntó sobre cualquier adversidad que su mascota haya experimentado durante sus primeros seis meses.

Además, los tutores completaron una prueba de comportamiento estándar (C-BARQ) para evaluar los niveles actuales de miedo y agresividad de sus perros. Los científicos utilizaron potentes herramientas estadísticas para determinar si el trauma temprano, la raza o una combinación de ambos eran los principales responsables del comportamiento del perro.

NATURALEZA Y CRIANZA DE LOS PERROS

Al igual que en los humanos, los primeros meses de vida son cruciales para el desarrollo emocional. El equipo de investigación descubrió que los perros que experimentaron cualquier tipo de adversidad durante los primeros seis meses eran más propensos a ser agresivos en la edad adulta, independientemente de su edad, sexo o si el animal estaba castrado. Tanto los genes como el entorno influyen, como lo demuestra el hecho de que el efecto de la adversidad difiere entre las distintas razas.

Por ejemplo, algunas razas, como los huskies siberianos, los perros esquimales americanos y los sabuesos americanos, fueron más propensas a volverse agresivas o temerosas tras sufrir traumas tempranos. Mientras tanto, otras razas, como los golden retrievers y los labradores retrievers, parecieron ser más resilientes, mostrando pocas diferencias en la agresividad o el miedo, independientemente de las adversidades en la vida temprana.

El estudio descubrió que los efectos de la adversidad en la vida temprana sobre la agresividad y el miedo variaban entre razas, pero no identificó ni analizó ningún grupo racial en particular como especialmente propenso o resistente a estos efectos.

"Nuestros hallazgos establecen que la ascendencia racial y la experiencia individual interactúan para mostrar miedo y comportamiento agresivo en los perros domésticos, lo que confirma que el comportamiento socioemocional está determinado por las interacciones genes-ambiente", escribieron los investigadores en su artículo.

En general, el estudio demuestra claramente que la primera infancia de un perro es crucial y destaca la importancia de la crianza responsable y el cuidado adecuado de las mascotas. Un próximo paso para los científicos podría ser realizar estudios genéticos para identificar genes específicos vinculados a comportamientos problemáticos y resiliencia, lo que podría ayudar a fundamentar los programas de crianza y mejorar el bienestar canino.

Fuente: www.animalshealth.es

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