El potencial oculto de los cadáveres en la detección temprana de brotes zoonóticos

El conocimiento de la dinámica de los cadáveres y los carroñeros es esencial para la integración eficaz de la vigilancia basada en cadáveres en los marcos de Una Salud. TAGS: Zoonosis. Una Salud. One Health. Vigilancia epidemiológica. Bioseguridad. Enfermedades emergentes. Riesgo biológico. Monitoreo sanitario

La aparición de enfermedades se ha acelerado en las últimas décadas, impulsada por actividades antropogénicas como la intensificación de la agricultura y el aumento de la urbanización, que exacerban los efectos del cambio climático y degradan los ecosistemas naturales. A medida que estas presiones remodelan los límites entre los ecosistemas, la vida silvestre, los humanos y los animales domésticos, comprender cómo surgen las enfermedades en las intersecciones de estos sistemas (la interfaz animal-humano-ecosistema) es un enfoque central en la investigación de enfermedades infecciosas. Sin embargo, la investigación se ha centrado en gran medida en las interfaces que involucran animales vivos. La interfaz entre los cadáveres de vertebrados y los ecosistemas se ha pasado por alto en gran medida, sin embargo, los cadáveres pueden brindar una oportunidad para el enriquecimiento de patógenos, la transmisión y la aparición de enfermedades, ya sea por contacto directo con carroñeros o a través de especies que se congregan en los cadáveres.

Adoptar una perspectiva de Una Salud, que reconoce la interconexión de la salud humana, animal y ambiental, subraya la importancia de considerar todas las facetas de la interfaz animal-ecosistema, incluyendo el papel a menudo pasado por alto de los cadáveres. En este contexto, la degradación de los cadáveres sirve no solo como un vector potencial para la transmisión de patógenos, sino también como un valioso indicador de la salud del ecosistema. La descomposición de los cadáveres es un proceso ecológico clave, impulsado por interacciones intrincadas entre carroñeros y microbios que limitan la acumulación de biomasa al consumir tejido, descomponer materia orgánica y redistribuir y reciclar nutrientes en los ecosistemas. Las interrupciones en el proceso de descomposición pueden indicar desequilibrios en los ecosistemas, incluyendo cambios en las comunidades de carroñeros (gremios de carroñeros) o cambios en la disponibilidad de los cadáveres.

Los autores de un nuevo estudio internacional sostienen que los cadáveres son un recurso infrautilizado para la vigilancia de Una Salud, ya que ofrecen, explican, no solo información sobre el riesgo de enfermedades, sino también como indicadores cruciales de la salud del ecosistema. En un artículo, sintetizan el conocimiento actual sobre las interacciones de los carroñeros con los cadáveres de vertebrados terrestres (incluidos los mamíferos marinos), examinan los riesgos de enfermedades asociados y las vías de transmisión, y destacan cómo se pueden aprovechar los cadáveres para el monitoreo proactivo de enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes dentro de un marco integrado de Una Salud.

Cadáveres para la vigilancia sanitaria en la interfaz del ecosistema

La disponibilidad de cadáveres está cambiando en algunas áreas debido a un aumento en los eventos de mortalidad masiva (MME; también conocidos como muertes masivas de poblaciones) y cambios en las poblaciones de carroñeros.

Se proyecta que los MME catastróficos se volverán más frecuentes en las próximas décadas porque a menudo son desencadenados por brotes de enfermedades, factores estresantes ambientales como eventos climáticos extremos y la necesidad de gestionar activamente las especies invasoras, cada uno de los cuales está aumentando en intensidad y frecuencia en muchas regiones globales. Un ejemplo actual propuesto por los autores es la propagación global del virus de influenza aviar de alta patogenicidad (HPAI) H5N1. El virus HPAI H5N1 clado 2.3.4.4b ha causado brotes y mortalidad masiva en muchas especies de aves acuáticas a nivel mundial y, desde 2022, ha matado a miles de mamíferos marinos en América del Sur luego del desarrollo de la transmisión de mamífero a mamífero. El clima extremo está contribuyendo cada vez más a los eventos MME, particularmente cuando la conectividad limitada inhibe a los animales de escapar de condiciones ambientales letales.

Un solo MME puede generar millones de toneladas de biomasa de cadáveres, lo que aumenta drásticamente la cantidad de carroña en los ecosistemas afectados. Los cadáveres presentan múltiples oportunidades potenciales de transmisión de patógenos a través de diversas vías de propagación microbiana, incluyendo el consumo directo de carroña infectada o la contaminación ambiental proveniente de los cadáveres. Los ejemplos clave incluyen el virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAI H5N1) a través del consumo de cadáveres de aves infectadas por rapaces y mamíferos, tuberculosis en carroñeros como buitres, y peste porcina africana (PPA) por el consumo de cadáveres conespecíficos infectados con PPA.

Vigilancia basada en cadáveres en los marcos de Una Salud

Alternativamente, el consumo puede eliminar carroña infecciosa del medio ambiente y reducir el riesgo de transmisión en curso. Por ejemplo, los buitres logran esto a través del consumo rápido de cadáveres y su ambiente gástrico ácido, que inactiva los patógenos y limita la persistencia de los cadáveres.

Las estrategias eficaces de mitigación de brotes requieren un conocimiento detallado de los mecanismos por los cuales las especies interactúan y transmiten microbios en estas interfaces. Por lo tanto, el conocimiento de la dinámica de los cadáveres y los carroñeros es esencial para la integración eficaz de la vigilancia basada en cadáveres en los marcos de Una Salud.

“Los recientes avances en tecnología y métodos analíticos han mejorado enormemente nuestra capacidad para monitorear, cuantificar y modelar estos complejos procesos ecológicos y epidemiológicos”, indican. Por ejemplo, las tecnologías de teledetección, en particular las cámaras trampa y los collares GPS, han transformado la investigación sobre carroñeros al permitir un monitoreo continuo y no invasivo en escalas espaciales y temporales.

Paralelamente a los avances tecnológicos, se observa un aumento de la potencia computacional y el uso de métodos de aprendizaje automático para procesar grandes cantidades de datos. Por ejemplo, el procesamiento automatizado de imágenes de cámaras trampa para identificar especies y comportamientos puede permitir la detección de eventos inusuales, como posibles brotes de enfermedades.

“La combinación de datos de movimiento y contacto de los carroñeros con el muestreo ambiental (por ejemplo, en el propio cadáver, el suelo, el agua y la vegetación) permitiría una visión holística de la sucesión microbiana, la persistencia de patógenos y la salud del ecosistema en los sitios de cadáveres. La adopción generalizada de este enfoque integral fortalecería el papel de la vigilancia basada en cadáveres dentro de los marcos de Una Salud al brindar la oportunidad de desarrollar estrategias efectivas de mitigación del riesgo de enfermedades”, sugieren.

Del mismo modo, añaden que la integración de la vigilancia basada en cadáveres en los marcos existentes requerirá una colaboración interdisciplinaria sostenida entre ecólogos, epidemiólogos, biólogos, administradores de vida silvestre, microbiólogos y científicos de datos. Dichas asociaciones “son esenciales para refinar las metodologías de campo (hisopado de cadáveres, muestreo ambiental e implementación de cámaras trampa) y para garantizar que los vastos conjuntos de datos que generan se procesen a través de canales analíticos robustos y escalables”.

De cara al futuro, concluyen que los cambios en la distribución de las especies, la alteración de los patrones de mortalidad y la evolución del comportamiento carroñero seguirán transformando la ecología de las enfermedades. Los cadáveres, alertan, desempeñarán un papel cada vez más importante en la diseminación de patógenos entre la fauna silvestre, los animales domésticos e incluso los seres humanos. Ante esto, “debemos identificar las asociaciones microbianas y las rutas de transmisión asociadas con los sitios de descomposición de los cadáveres, tanto para mejorar nuestra comprensión de los procesos naturales de descomposición como para desarrollar la vigilancia basada en cadáveres para la prevención de enfermedades a nivel mundial”. Al invertir en este campo emergente, “podemos mejorar las capacidades de alerta temprana, apoyar la biodiversidad y fortalecer la resiliencia en la interfaz entre humanos, animales y ecosistemas”.

Fuente: www.diarioveterinario.com

Comparte esta nota:

Escríbanos un Comentario

No hay comentarios aún.