En Argentina, el 6 de agosto de 1883 se iniciaron los cursos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina, provincia de Buenos Aires, primera escuela de estudios superiores de veterinaria del país. En 1890 se trasladó a la ciudad de La Plata, como Facultad de Agronomía y Veterinaria.
En 1983, mediante un decreto ley del gobierno Nacional se estableció el 6 de agosto como día del veterinario argentino.
Hoy nos toca continuar el camino de la construcción, la participación y el esfuerzo por avanzar en el posicionamiento profesional y el trabajo en equipo.
Podemos ser profesionales que servirán de engranaje para el sistema productivo, social y político, o bien, aquellos que desarrollen ideas, proyectos y generen los cambios. Esto es un desafío tanto profesional como institucional.
El título profesional es un instrumento de certificación de los estudios culminados. La matrícula es la habilitación para el ejercicio profesional. La participación y la generación de ideas innovadoras está en cada uno y en las condiciones que las instituciones promuevan para ello; y si no las promueven, habrá que propiciar que así sea.
Feliz día, colegas!
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