El área endémica actual de la fiebre hemorrágica argentina abarca el noroeste de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el sudeste de Córdoba y el noreste de La Pampa. Constituye un evento de notificación obligatoria, regulado por la Ley 15.465, que obliga a todos los profesionales médicos, bioquímicos y veterinarios a realizar la notificación de todos los casos que cumplen la definición de caso sospechoso.
La vigilancia de la fiebre hemorrágica argentina se inscribe dentro de la vigilancia integrada del síndrome febril agudo inespecífico (SFAI), que agrupa múltiples eventos con similares signos y síntomas, fisiopatología común y etiología diversa. De esta manera, se considera como SFAI a toda persona de cualquier edad y sexo que presente fiebre de menos de 7 días de evolución, acompañado de mialgias o cefaleas, sin afección de vías aéreas superiores y sin etiología definida que haya visitado la zona endémica las últimas tres semanas, y presente menos de 4.000 leucocitos y menos de 100.000 plaquetas. El caso probable se define con el mismo síndrome clínico y menos de 2.500 leucocitos y menos de 100.000 plaquetas. El diagnóstico se realiza por métodos moleculares y serológicos.
El tratamiento efectivo es la administración de plasma de convaleciente en los primeros ocho días de evolución de la enfermedad. La sospecha diagnóstica temprana y el tratamiento oportuno reducen la mortalidad de 30% a 1%. No se requiere la confirmación para instaurar dicho tratamiento.
Situación epidemiológica
Desde la semana epidemiológica (SE) 1 de 2022 hasta la SE 43 de 2023 se notificaron 286 casos de fiebre hemorrágica argentina con residencia habitual en la provincia de Santa Fe. Se descartaron 124 casos (43,4%) y 160 casos (55,9%) continúan como sospechosos no conclusivos.
Del total de casos notificados se confirmaron dos (0,7%), en la SE 33 (persona de 43 años) y en la SE 39 (persona de 23 años), con residencia habitual en el departamento Rosario. Ambos casos confirmados, si bien requirieron internación, presentaron buena evolución.
El Ministerio de Salud recordó la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica de la fiebre hemorrágica argentina en todo el territorio de la provincia de Santa Fe, asegurando la sensibilidad para la sospecha clínica de los SFAI, detección precoz, tratamiento oportuno, seguimiento y toma de segunda muestra y clasificación final de los casos.
Una mejora en la calidad de la vigilancia epidemiológica de la fiebre hemorrágica argentina aseguraría, además, un incremento en el número de potenciales donantes de plasma de convaleciente para el tratamiento eficaz de nuevos casos.
La fiebre hemorrágica argentina es una enfermedad aguda grave, producida por el virus Junín. Este virus pertenece a la familia Arenaviridae, dentro de los que se han reconocido otros cuatro agentes de fiebres hemorrágicas: el virus Machupo (fiebre hemorrágica boliviana); el virus Guanarito (fiebre hemorrágica venezolana); el virus Sabiá (fiebre hemorrágica en Brasil) y el virus Lassa (fiebre hemorrágica de Lassa en África). Se considera que todos los arenavirus provienen de un origen común y han co-evolucionado con las especies de roedores a las que infectan. En una determinada región, cada virus puede infectar a varias especies de roedores, pero hay una que, por su densidad poblacional, prevalencia y características de la infección se comporta como el reservorio principal. Calomys musculinus ha sido identificado como el reservorio principal del virus Junín.
Fuente:Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe
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